¿Vas a cambiar de móvil esta Navidad? Presta atención a estos detalles.
Llega la Navidad y, con esta, la necesidad de cambiar de smartphone. Hoy día, la cantidad de marcas existentes nos permite contar con un abanico bastante grande de opciones sin dejarnos el bolsillo por el camino. En este sentido, la atención a ciertos aspectos clave puede marcar la diferencia entre una compra satisfactoria y una elección decepcionante. Para ayudarte a comprar un móvil barato, hemos hecho un repaso por algunos de los elementos fundamentales que debes considerar antes de decidirte por un dispositivo económico.
CÁMARA: NO TE GUÍES ÚNICAMENTE POR LA RESOLUCIÓN
Así es. A la hora de analizar la cámara de un móvil, es fácil caer en la trampa de pensar que una mayor resolución siempre se traduce en mejores fotografías. Sin embargo, el resto de factores que afectan a la forma en la que se recoge dicha información son igualmente importantes. La apertura focal, por ejemplo, influye en la cantidad de luz que la cámara puede captar, afectando directamente la calidad de las imágenes, especialmente en entornos con poca luz.
El tamaño del sensor es otro de los aspectos a los que debemos prestar atención, el cual se suele indicar con pulgadas (por ejemplo, 1/1,57 pulgadas). Un sensor más grande tiende a captar más detalles y proporcionar una mejor calidad de imagen, además de captar mayor cantidad de luz. Por otro lado, la presencia de estabilización óptica, que a menudo se suele indicar con las siglas OIS, puede marcar la diferencia en la nitidez de las fotos, especialmente en condiciones de baja luminosidad o al grabar vídeos.
En definitiva, no debemos dejarnos guiar por el marketing de las marcas. ¿200 megapíxeles? ¿64 megapíxeles? Analiza los aspectos anteriormente mencionados y presta atención a otros detalles como el fabricante del sensor (Sony, Samsung, Omnivision, etcétera), el procesado de imagen de la marca o las opiniones de los usuarios. Lo mismo sucede con el número de cámaras. Aunque el dispositivo cuente con tres o cuatro sensores, es probable que los que no se correspondan con la cámara principal sean de menor calidad. Lentes macro, sensores monocromáticos, etcétera.
ALMACENAMIENTO INTERNO: NO SIEMPRE MÁS ES MEJOR
A menudo, se asocia un mayor almacenamiento interno con un mejor rendimiento del dispositivo. Y si bien contar con una mayor cantidad no influye de manera negativa en la experiencia de usuario, es importante comprender las diferencias entre los tipos de memoria utilizados en los smartphones. Las opciones más populares suelen estar basadas precisamente en los estándares eMMC 5.1, UFS 2.2 y UFS 3.1, los cuales ofrecen distintos niveles de rendimiento.
Mientras que el eMMC 5.1 es más lento en comparación con las opciones UFS, la elección entre UFS 2.2 y UFS 3.1 puede depender de tus necesidades específicas. Por ejemplo, el estándar UFS 3.1 proporciona velocidades de lectura y escritura significativamente más rápidas, al igual que su más reciente iteración, UFS 4.0. Esto se traduce en un rendimiento más ágil del sistema, lo que a su vez puede influir en el desempeño del dispositivo a largo plazo, además del resto de interacciones: apertura de aplicaciones, instalación de juegos, tratamiento de información, etcétera.
¿Qué opción es la menos recomendable? Cuando hablamos de móviles baratos, lo normal es encontrar tecnologías basadas en el estándar eMMC 5.1, pero lo recomendable es partir de al menos una especificación UFS 2.1.
En el caso de la memoria RAM, mayor cantidad suele ser mejor por la menor variedad de tecnologías disponibles en el mercado. Actualmente, los estándares comerciales más populares abarcan las especificaciones LPDDR4X y LPPDR5X, con una diferencia sustancial de rendimiento, pero imperceptible en el día a día. Lo que sí se puede llegar a apreciar es la falta de memoria RAM cuando abrimos diferentes aplicaciones y cambiamos entre estas.
Por un lado, una mayor capacidad de RAM permite que el dispositivo mantenga un rendimiento óptimo a lo largo del tiempo y maneje de manera eficiente la ejecución simultánea de varias aplicaciones. Esto es especialmente importante para garantizar una experiencia fluida y sin ralentizaciones al usar aplicaciones exigentes o juegos con gráficos 3D. Al fin y al cabo, este componente limita en buena parte la cantidad de procesos que el procesador es capaz de gestionar, por lo que una cantidad menor a 6 GB no sería recomendable.
Si nuestro presupuesto es algo limitado, podemos optar por opciones con 4 GB, pero nunca inferior a esta cantidad. Por algo más de dinero, la diferencia a corto y medio plazo puede llegar a ser abismal.
PROCESADOR: NO TE GUÍES ÚNICAMENTE POR LAS ESPECIFICACIONES
Aunque las especificaciones del procesador son importantes (número de núcleos, frecuencia máxima, proceso de fabricación, etcétera), no son el único factor determinante a la hora de analizar su rendimiento real. La potencia de cálculo medida a través de benchmarks puede ofrecer una visión más precisa de cómo se comporta un procesador en situaciones de uso cotidiano, si bien su valor suele ser orientativo. Pero eso no es todo.
La optimización del sistema operativo y la integración entre hardware y software también son dos de los aspectos más importantes a la hora de conocer su rendimiento. A pesar de no ser tan medibles como el resto de especificaciones, influyen de una manera u otra en la experiencia general del usuario, en tanto que debemos guiarnos por las opiniones de otros usuarios, además de análisis independientes.
Marcas como Xiaomi suelen ofrecer dispositivos con bastante potencia bruta, pero su capa de personalización puede pecar de falta de optimización. Lo mismo sucede con Samsung, cuyo software es bastante pesado para algunos dispositivos económicos. En cambio, marcas como OnePlus, OPPO o Pixel de Google suelen cuidar este aspecto por encima del resto de compañías.
SOPORTE DE ACTUALIZACIONES DEL FABRICANTE: QUE NO SEA INFERIOR A DOS AÑOS
No hay discusión que valga. La longevidad de un teléfono móvil no solo depende de sus especificaciones iniciales, sino también del compromiso del fabricante con las actualizaciones. Asegúrate de que el smartphone que estás considerando reciba actualizaciones de seguridad y nuevas versiones del sistema operativo durante al menos dos años. Además de disfrutar de las últimas funciones y mejoras de rendimiento, esto garantiza que el dispositivo esté protegido contra vulnerabilidades.
La promesa de marcas como Samsung incluye hasta cuatro años de actualizaciones para todos los dispositivos vendidos a partir de 2022. Lo mismo sucede con los Google Pixel, mientras que otras marcas mantienen cierto compromiso con el soporte posventa, como es el caso de vivo, OPPO o OnePlus.