¿Recuerda a Wilmer? El joven que salió a trabajar con su trufi y nunca volvió: dos años después, llega la sentencia para cinco

Compartir el artículo:

Wilmer Alvin Mamani desapareció el 31 de enero de 2023. La Justicia determinó que cinco personas idearon un plan para robarle su vehículo: lo doparon, lo mataron y luego vendieron su auto. Cuatro hombres y una mujer fueron condenados a la pena máxima.

Después de dos años y dos meses, Martha y Máximo obtuvieron justicia por el asesinato de su hijo, Wilmer Alvin Mamani Gabriel. Cinco personas fueron sentenciadas a 30 años de prisión, sin derecho a indulto: cuatro hombres y una mujer.

La familia aún enfrenta un pendiente: encontrar el cuerpo de Wilmer para poder darle sepultura y tener un lugar donde llevarle flores y llorarle, como cualquier familia que pierde a un ser querido. La sentencia, dictada el 11 de abril y leída íntegra hoy, se basa en múltiples pruebas, incluidas las periciales, documentales y testificales. Este caso sienta un precedente importante, ya que, a pesar del “pacto de silencio” de los autores y la falta del cadáver de la víctima, se dictó condena. Esto demuestra que, aunque los asesinos intenten eliminar toda evidencia, incluido el cuerpo, se puede obtener justicia.

Para la familia, fue un camino tortuoso lograr que los autores —Danni Michael Salgado Huayta, Franz Choque Mamani, Jhonny Orellana Quispe, Román Rigoberto Paricagua Canaza y Eliana Choque Ojeda— reciban la pena máxima. Todos se encontraban con detención preventiva en distintas cárceles, pero ahora serán trasladados a los penales asignados por la autoridad judicial: los varones a El Abra y la mujer a San Sebastián Mujeres. Durante todo este tiempo, los familiares de Wilmer han recorrido incontables caminos en su búsqueda. A veces lo hicieron con el acompañamiento de la Policía; otras, solos. Incluso acudieron a espiritistas. Han hecho todo lo que estuvo a su alcance y, a pesar del tiempo transcurrido, aún conservan la esperanza de encontrar su cuerpo.

LA TRAMPA DETRÁS DE UNA CITA

La pesadilla comenzó el 31 de enero de 2023. Ese día, Wilmer Alvin, de 29 años, salió de su casa en Villa Pagador conduciendo su trufi, ya que era parte de la línea 010. Compró su boleta de trabajo, salió de la parada e hizo un recorrido de sur a norte. Luego volvió a salir, esta vez desde el norte, y pasó por la zona de La Cancha. Allí se encontró con una joven, ahora identificada como Eliana Choque, quien actuó como “pildorita”: lo dopó para facilitar el robo y posterior asesinato. Se sabe que ella vendía refrescos en La Cancha.

En marzo de ese año, la investigación por la desaparición de Wilmer comenzó a dar resultados. Los familiares recibieron las primeras pistas y, ante la falta de avances oficiales, también asumieron el rol de “investigadores”. Las hermanas de Wilmer se internaron en la región del Trópico, tras recibir información sobre un vehículo similar al de su hermano que circulaba por la zona.

Tras recorrer varios lugares, lograron que la Policía inspeccionara dos vehículos, pero ninguno coincidía con el chasis del auto de Wilmer. Desanimadas, fueron a una tienda a comprar productos de higiene personal. Mientras caminaban, vieron un trufi muy parecido al de su hermano en un garaje, pero no tenía placa. A pesar de las dificultades, y gracias a una orden emitida desde la ciudad de Cochabamba, lograron que un oficial se trasladara al lugar, interrogara al encargado y realizara una inspección. Para su sorpresa, se trataba del vehículo de Wilmer: el chasis coincidía. El responsable del garaje aseguró que había recibido el trufi como prenda.

PACTO DE SILENCIO

Tras el hallazgo del vehículo, se desencadenaron una serie de eventos. La Policía inició una persecución dirigida a los principales sospechosos vinculados con la desaparición de Wilmer.

En total, detuvieron a cinco personas, tres de ellas con antecedentes penales: Danni Michael Salgado Huayta y Franz Choque Mamani por robo, y Jhonny Orellana Quispe por un delito relacionado con la Ley 1008 (narcotráfico). Los otros dos no registraban antecedentes.

Las investigaciones revelaron que el grupo había diseñado un plan. Su objetivo era quedarse con el trufi de Wilmer. Para lograrlo, comenzaron a contactarlo por WhatsApp, haciéndose pasar por una mujer interesada en conocerlo.

Desde su captura, los implicados han mantenido un pacto de silencio. Lo único que admitieron fue haber abandonado a la víctima en el camino que une Sacaba con Carcaje. A pesar de múltiples rastrillajes en la zona, las autoridades no hallaron ningún rastro. Las pericias a sus teléfonos los ubicaron en ese lugar, pero no encontraron el cuerpo, lo que sugiere que lo enterraron o eliminaron por completo.

La familia de Wilmer también llevó a cabo intensas jornadas de búsqueda. Martha, su madre, soñaba con él y seguía las pistas que decía recibir en sus sueños, aunque sin éxito.

La Policía organizó cinco operativos de búsqueda. El último se realizó en mayo de 2023 y contó con la participación del Ejército, la Armada Boliviana, Bomberos, voluntarios, amigos, familiares, perros entrenados y drones. Durante esa operación, hallaron restos óseos al fondo de un barranco: un fémur, una tibia, una parrilla torácica y un cráneo incompleto. Sin embargo, las pruebas forenses confirmaron que no pertenecían a Wilmer.

UN ADIÓS PENDIENTE

Hoy fue una jornada significativa para la familia: la justicia castigó el asesinato de Wilmer. La jueza leyó la sentencia contra las cinco personas involucradas, y sus palabras marcaron un momento de cierre parcial para sus seres queridos.

Martha, Máximo y sus cuatro hijos aún mantienen la esperanza de encontrar algún día a Wilmer, al menos para poder despedirse de él.


Compartir el artículo: