Las imágenes y testimonios desde el lugar revelan un panorama desolador: barro, árboles caídos y pasajeros obligados a caminar por tramos peligrosos para intentar comunicarse o buscar ayuda.
Una vez más, la naturaleza y la falta de previsión se combinan para generar caos en la carretera Cochabamba–Santa Cruz. Al menos tres derrumbes en el sector conocido como Siete Curvas, en pleno Trópico cochabambino, dejaron varios vehículos varados, entre ellos una flota que quedó atrapada en medio de una densa mazamorra que bloqueó por completo el paso vehicular.
La situación, que comenzó a reportarse desde horas de la madrugada, se agravó rápidamente debido a las persistentes lluvias que azotan la zona desde hace días. Las imágenes y testimonios desde el lugar revelan un panorama desolador: barro, árboles caídos y pasajeros obligados a caminar por tramos peligrosos para intentar comunicarse o buscar ayuda.
“Lamentablemente no es la primera vez. Cada que llueve tenemos esta dificultad para transitar. Mucha gente, turistas, están siendo perjudicados”, expresó un conductor afectado, visiblemente molesto por la situación.
Según los testimonios recogidos, los trabajos previos de estabilización en la vía no fueron concluidos por la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC).
“Han movido la tierra, pero no han terminado el trabajo y a consecuencia de eso se está suscitando este hecho. No es el único derrumbe, hay tres más en otras zonas de esta curva. Hay personas que incluso han perdido su movilidad”, agregó.
El lugar, que ya es conocido por su alta peligrosidad, fue también escenario hace unos meses de un trágico accidente en el que una familia entera perdió la vida, lo que refuerza el clamor de los pobladores y transportistas por soluciones estructurales y permanentes.
Las autoridades aún no han emitido un informe oficial, pero se recomienda a la población evitar transitar por este tramo hasta nuevo aviso. El tráfico entre ambas capitales departamentales permanece interrumpido.
