Rolando E.T., de 27 años, tenía todo listo para captar a su siguiente víctima cuando efectivos policiales, algunos vestidos de civil, lo atraparon la mañana del 23 de noviembre en una zona céntrica de Quillacollo, Cochabamba.
Según la Policía, el detenido es un “violador serial”. Al menos cinco mujeres ya reconocieron a Rolando E.T. como su agresor sexual y presumen que hay más víctimas. Su modus operandi consistía en ofrecer empleo a jovencitas. Las citaba, dopaba, violaba, robaba y luego las abandonaba. A algunas las contactó por redes sociales y a otras en plazas, mercados u otros sitios.
Paola (nombre cambiado) es una de sus víctimas. Según su testimonio, recogido por Voces Regionales, el “violador serial” se acercó a ella y a su amiga, mientras vendían en Quillacollo. Se mostró amable y les comentó que estaba buscando alguna persona para trabajar en una florería de El Paso que supuestamente era de propiedad de su tía. Les dejó su teléfono no sin antes indicarles que si aceptaban la oferta iban a ganar 2.300 bolivianos mensuales, de manera puntual, y pago extra de 125 bolivianos por trabajar en domingo.
Paola es madre de dos niños. La venta de empanadas no estaba yendo muy bien y decidió escribirle a Rolando E.T. para conocer más de la oferta laboral. El hombre le respondió que estaría por Quillacollo en horas de la tarde y ella y su amiga decidieron esperarlo. Llegó a las 19:00 conduciendo una motocicleta. Les comentó que la dueña de la florería estaba ocupaba y había pedido que vayan al negocio, pero que solo podía llevar a una de las interesadas porque no cabían en el motorizado de dos ruedas.
Paola se subió a la moto. Rolando hizo una parada en una tienda, donde compró dos botellas de jugo, y luego le pidió a la joven que vaya al frente a sacarle una copia a su cédula de identidad, hoja que luego guardó en una bolsa. Se presume que aprovechó esos minutos para colocar la sustancia dopante en la bebida.
Rolando hizo otra parada en el Prado de Quillacollo para supuestamente comunicarse con la propietaria de la florería. Sacó su teléfono y, según la víctima, parecía que estaba conversando con alguien. Le propuso tomarse el jugo, mientras aguardaban a la presunta contratante. Paola le dijo que no podía esperar más porque sus hijos aguardaban su llegada, pero él volvió a realizar una llamada y luego le hizo creer que la tía, dueña del negocio, estaba en el kilómetro 11. La llevó hasta ahí y se estacionó en una licorería. Compró unas cervezas que la joven rechazó, pero comenzó a sentirse mal y perdió la consciencia.
Despertó en un lote baldío. Rolando se había llevado todas sus pertenencias, entre ellas el dinero del mes para sus hijos. Un taxista que circulaba por la zona la vio y la llevó hasta su domicilio.
CAPTURA
El comandante de la Policía del Valle Bajo de Cochabamba, Gilmar Quilla, informó que el “violador serial” fue atrapado en la avenida Santa Cruz, al norte de Quillacollo, cuando estaba a bordo de su motocicleta y acompañado de una jovencita, quien había sido citada por cuestiones laborales. El hombre ya le había dado de beber el jugo y ella estaba somnolienta. La Policía realizó el cacheo y encontró en la mochila del detenido dos botellas de jugo y varios fármacos o sedantes. También secuestró la moto.
Los investigadores estaban tras sus pasos. Una joven, de 19 años, denunció que el 28 de septiembre fue víctima de violación y robo por un hombre que le ofreció trabajo en Quillacollo. Otra mujer, de 20 años, dijo que el 6 de noviembre atravesó la misma situación que la primera demandante. Ambas reconocieron a Rolando E.T. como su agresor sexual, en un desfile identificativo.
El hombre citaba a sus víctimas, las dopaba y luego las llevaba a zonas alejadas o alojamientos para agredirlas sexualmente y las abandonaba.
Según el abogado Eduardo Mérida, que representa a dos víctimas del “violador serial”, pidió una investigación profunda debido a que una de sus clientes refirió que Rolando E.T. la trasladó hasta un sitio con ayuda de dos personas. Presume que el hombre ha estado captando víctimas desde hace bastante tiempo. Ya se habrían presentado cinco mujeres denunciando a la misma persona.
El teléfono del detenido tiene material pornográfico. El agresor sexual se tomaba selfies mostrando a sus víctimas inconscientes.