El último deceso se conoció este miércoles. Se trata de una mujer, de 65 años, con patología de base. Todos los decesos se han dado en personas sin la dosis que protege de las complicaciones. La epidemia de A H1N1 marca un ascenso lento
El Servicio Departamental de Salud (Sedes) confirmó el noveno deceso por influenza A H1N1 en Santa Cruz. La víctima es una mujer, de 65 años, que tenía patología de base, pero no había recibido la vacuna que protege de complicaciones de la enfermedad.
En este sentido, la autoridad sanitaria insistió en el llamado a asistir a los centros de vacunación que están aplicando la dosis a las personas de los grupos vulnerables: niños desde los seis meses hasta los 12 años, adultos mayores, embarazadas y personas con enfermedades de base.
Toledo insistió en que la vacuna previene de complicaciones que pueden llevar a la muerte, más aún si se trata de personas con enfermedades crónicas. Los datos estadísticos así demuestran porque los nueve decesos registrados hasta ahora corresponden a personas sin vacuna y con enfermedades preexistentes.
Dos de ellas tenían diabetes, dos males cardiacos, dos enfermedades renales y el resto, otras enfermedades graves. Algunas de ellas, también desarrollaron problemas pulmonares graves. Ocho de los afectados tenían más de 65 años.
De acuerdo con Toledo, la epidemia de influenza A H1N1 registra un descenso lento, a diferencia de hace dos semanas cuando el crecimiento era sostenido y se alcanzó un pico. Sin embargo, sigue preocupando el índice de positividad y la letalidad que es del 0,52%.
En lo que del año suman 1.723 casos positivos en el departamento cruceño y la mayoría se reportó en el municipio capitalino.
Los datos del Sedes también muestran que el grupo etario más afectado con los contagios son los jóvenes y adultos jóvenes.
De los más de 1.700 casos positivos registrados hasta el momento, 672 se dieron en personas entre los 21 y 50 años, lo que representa un 41,5%.
Eficacia de la vacuna
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) realizan estudios todos los años para determinar la eficacia de la vacuna contra esta enfermedad.
Si bien la protección de la dosis puede variar, estudios recientes han demostrado que reduce el riesgo de enfermar a causa de la influenza entre un 40 % y un 60 % en la población general, durante las temporadas en que la mayoría de los virus que circulan coinciden exactamente con los virus utilizados en las vacunas contra la influenza.
En general, las vacunas actuales funcionan mejor contra los virus de la influenza B y la influenza A H1N1 y ofrecen menos protección contra los virus de la influenza A H3N2.
Entre 2019 y 2020, la vacunación permitió prevenir en EEUU 7,5 millones de casos de influenza, 3,7 millones de consultas médicas asociadas a esta gripe, 105.000 hospitalizaciones y 6.300 muertes.