La arrastraron hasta la orilla del río Goyt en Derbyshire (Reino Unido), pero los paramédicos la declararon muerta en el lugar.
Una mujer murió cuando su corazón dejó de latir durante una sesión de terapia con agua fría en un río, según una investigación. Kellie Poole, de 39 años, se reía y bromeaba después de entrar al agua con dos amigos antes de quejarse de dolor de cabeza y caer repentinamente hacia adelante.
La arrastraron hasta la orilla del río Goyt en Derbyshire (Reino Unido), pero los paramédicos la declararon muerta en el lugar.
Una investigación descubrió ayer que el agua estaba a 10,7 °C cuando Poole, de Droylsden, Greater Manchester, y sus amigos participaron en la sesión en abril del año pasado.
Habían reservado una experiencia de respiración e inmersión en agua fría con el instructor Kevin O’Neill, que cobra hasta 200 libras -230 euros- a través de su empresa Breatheolution con sede en Buxworth, Derbyshire. O’Neill, que tiene 18.000 seguidores en Instagram, y se describe a sí mismo como un ‘Instructor avanzado de ventajas de oxígeno’ y terapeuta de agua fría.
Tiene varios clientes famosos en Reino Unido, incluido Coleen Rooney o el actor Stephen Graham.
En la investigación de ayer, el forense Peter Nieto dijo que la inmersión en agua fría estaba «bastante poco regulada, si no estaba regulada en absoluto». Dijo que consideraría si se deberían recomendar regulaciones en el futuro.
