La información es aún más preocupante, porque se registran cinco embarazos de menores de 15 años cada día. Santa Cruz lidera el número de casos con 538 entre enero y julio de 2022.
Entre enero y julio de 2022, 20.479 mujeres de 10 a 19 resultaron embarazadas en todo el territorio nacional; de ellas, 1.204 son niñas menores de 15 años y 19.275 adolescentes de 15 a 19 años, según información recogida de los controles prenatales registrados en los centros de salud por el Sistema Nacional de Información en Salud y Vigilancia Epidemiológica (SNIS-VE) del Ministerio de Salud.
El departamento que más embarazos registra en el rango de 15 a 19 años es Santa Cruz, con 6.951 casos; le siguen La Paz, con 3.403; Cochabamba, 3.204; Potosí, 1650; Beni, 1591; Chuquisaca, 809; Oruro, 724; Tarija, 612 y Pando, 331. En cuanto a menores de 15; Santa Cruz encabeza con 538 casos; Beni, 203; Cochabamba, 145; La Paz, 115; Potosí, 80; Chuquisaca, 52; Tarija, 31; Pando 27 y Oruro, 13.
En promedio, son 19 embarazos adolescentes que se registran cada día en el territorio nacional; el dato más preocupante es que, de ese total, cinco corresponden a menores de 15 años.
El estudio MILENA, del Ministerio de Salud y Deportes y el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), realiza una comparación entre las madres adolescentes (mujeres que tuvieron un hijo/a entre los 10 a 19 años) y las madres adultas jóvenes (mujeres que tuvieron un hijo/a entre los 20 a 29 años) y analiza los costos de oportunidad y el impacto socio-económico del embarazo no intencional en la adolescencia.
El estudio refleja cómo el embarazo en la adolescencia y una maternidad temprana impactan definitivamente en el desarrollo social y económico de las mujeres bolivianas. Sus efectos y/o impactos generan inconvenientes y se extienden tanto a nivel individual (a través de su nivel de educación alcanzado, participación laboral e ingresos laborales actuales y futuros) como también a nivel agregado (prestaciones de servicios de salud y recaudación de impuestos de manera directa e indirecta).
Por tal motivo el embarazo en la adolescencia y la maternidad temprana no solo pueden resultar perjudiciales para el desenlace personal de las niñas y/o adolescentes y su entorno familiar, sino que también generan costos a nivel agregado que podrían ser evitados con un programa de prevención de embarazos en adolescentes.
Los costos del embarazo temprano
Según las estimaciones realizadas por el estudio MILENA, del Ministerio de Salud y Deportes y el UNFPA, para la gestión 2019, la pérdida de ingresos de las mujeres generadas por el abandono escolar y como consecuencia de la menor capacidad de generar ingresos más altos asociados al embarazo en adolescentes y maternidad temprana (Costo de oportunidad de la Educación), es de $us 153,7 millones.
Por otra parte, la brecha generada por diferencia entre la participación en el mercado de trabajo de las mujeres que fueron madres en la adolescencia y entre aquellas que fueron en la vida adulta joven representa una pérdida de $us 20,2 millones anuales en términos de ingresos generados por la población femenina, según la base de datos procesada de la Encuesta de Hogares (EH 2019) del Instituto Nacional de Estadística.
Según las estimaciones del estudio, la pérdida correspondiente a la brecha de ingresos asociados al embarazo en la adolescencia y la maternidad temprana (Costo de oportunidad del Ingreso Laboral), es de $us 322,3 millones. En cuanto a las prestaciones de salud asociados al embarazo en adolescentes y maternidad temprana (Gastos de la atención en salud de los embarazos adolescentes), el monto asciende a $us 26,5 millones.
Asimismo, en cuanto a ingresos no percibidos por impuestos directos e indirectos asociados al embarazo en la adolescencia y la maternidad temprana (Ingresos fiscales no percibidos por impuestos), el monto calculado es de $us 66,6 millones.
Debido a los embarazos en la adolescencia los costos de oportunidad total (ingreso laboral, empleo y actividad laboral) ascienden a $us 373,3 millones, este monto representa el impacto para la Sociedad (Nivel Individual). En cambio, el costo que incurre el Estado (Nivel Agregado) asciende a $us 43,1 millones (Gasto en Salud e ingresos no percibidos por impuestos).
Impacto social del embarazo adolescente
El embarazo en la adolescencia y la maternidad temprana afecta y cambia totalmente el sentido y oportunidad de vida de las madres jóvenes, provocando un abandono obligatorio de sus metas y objetivos planteados, por la necesidad de afrontar responsabilidades y obligaciones relativas a la maternidad temprana, propiciando un incremento en las brechas e inequidades sociales en el país.
Es importante mencionar que el análisis del presente estudio hizo evidentes las brechas y/o diferencias en los logros educativos y en los niveles de empleo e ingresos laborales entre quienes fueron madres en la adolescencia y quienes fueron madres en la edad adulta joven. Estas diferencias identificadas en el estudio a través de la EH 2019 muestran lo siguiente:
· Quienes han sido madres en la adolescencia presentan un nivel educativo menor
· Quienes han experimentado la maternidad temprana perciben ingresos inferiores
· Quienes han sido madres en la adolescencia detentan mayores niveles de desempleo
· Quienes han sido madres en la adolescencia muestran mayores niveles de inactividad
Son las madres adolescentes las que, a causa de ver interrumpidos sus estudios producto de la maternidad, alcanzan en promedio menos años de escolaridad, por lo tanto, esta situación hace que se aumente la probabilidad de que las madres adolescentes no sean partícipes del mercado laboral (dadas las exigencias mínimas educativas que este impone para acceder a algún puesto de trabajo) y en caso de acceder al mercado laboral, presentan una alta probabilidad de percibir menores ingresos laborales.