Francia-El ala izquierda del avión y un puntal golpearon a Galy, decapitándolo, según el juicio celebrado esta semana en el tribunal de la ciudad de Montauban.
Un experimentado paracaidista con traje aéreo se estrelló contra el ala de un avión y fue decapitado apenas 20 segundos después de su salto en el sur de Francia, se reveló durante el juicio por homicidio involuntario del piloto. Nicolas Galy, de 40 años, fue el primero de los dos paracaidistas que saltó del avión monomotor Pilatus a más de 4.000 metros de altura sobre la ciudad de Bouloc-en-Quercy en julio de 2018, informó The Times .
Momentos después, el piloto del avión, identificado únicamente como Alain C, de 64 años, descendió rápidamente y alcanzó a los paracaidistas mientras se deslizaban con sus trajes aéreos.
El ala izquierda del avión y un puntal golpearon a Galy, decapitándolo, según el juicio celebrado esta semana en el tribunal de la ciudad de Montauban.
Tras la decapitación, se abrió el paracaídas de emergencia de la víctima y su cuerpo sin vida aterrizó en un campo.
A raíz de la muerte de Galy, el piloto fue acusado de homicidio involuntario y los fiscales argumentaron que sus errores causaron el horrible accidente.
El piloto del avión se defendió ante el tribunal insistiendo en que no había hecho nada malo y que Galy “no siguió el rumbo esperado y nunca debería haber seguido ese rumbo”.
Según el piloto, Galy, ingeniero y paracaidista con 226 saltos en su haber, iba paralelo al avión, y Alain pensó que estaba “más al sur”.
«Creo que mi trayectoria de vuelo tenía sentido», testificó el piloto. «Esta ha sido la tragedia de mi vida, pero no tengo la culpa», agregó.
Alain, que trabajaba en una escuela de paracaidismo local, admitió en el estrado que no había informado a los paracaidistas ni a los practicantes sobre qué dirección debían tomar. Después perdió la pista de los paracaidistas y asumió que estaba libre de ellos.
El piloto del avión responsable de la decapitación tenía prohibido volar por una condición médica no especificada.
La fiscal Jeanne Reganggon argumentó que el fallecido “fue el único que obedeció las reglas sin negligencia” el día del desafortunado salto.
Pidió una sentencia suspendida de 12 meses para el piloto y una multa de más de 10.000 euros para su empleador.
El veredicto en el juicio por homicidio se conocerá en noviembre.