En el Ejército ucraniano sobran voluntarios muy motivados para ir al frente -la espera para combatir es de semanas- pero faltan armas pesadas para detener el rodillo artillero de Rusia en el Donbás.
Una treintena de voluntarios entrena en las afueras de Kiev -cuya localización exacta no se permite revelar- para entrar en combate, empujados por el deseo de defender Ucrania ante la invasión rusa.
Parte de los participantes en unos ejercicios de tiro son integrantes del Batallón Revancha, creado después de la invasión rusa el 24 de febrero.
«El nombre del batallón significa que queremos tomarnos una revancha por la agresión de Rusia», explica Lyudmyla Cherkas, de 23 años, una relaciones públicas que ahora gestiona tareas de prensa de esa unidad. Ella también es voluntaria.
Para ingresar en el batallón hay que ser mayor de 18 años y pasar una entrevista en la que se valora si el aspirante es una persona equilibrada. Varios de los instructores son extranjeros.
¿Por qué la gente se alista en este batallón? Según Cherkas, tiene mejores medios para los reclutas y ofrece un entrenamiento de calidad y un trato personal. «Somos como una familia», relata.
El batallón tiene unos 250 miembros y asume tareas de combate en primera línea, incluida guerra urbana. Ha estado presente en los focos más calientes del conflicto, desde el frente sur, en Jersón, hasta Severodonetsk, en Donbás.
MUCHA VOLUNTAD…
El origen, edad y aspecto de los voluntarios es de lo más diversos, pero tienen en común que han aparcado sus sueños anteriores a la guerra. Saben que pueden morir pero se muestran impacientes por ir al frente.
Uno de ellos es Olexandr, de 27 años, un jefe de cocina que tenía planes de emigrar a Berlín para probar suerte allí, pero al que la guerra le cambió el guión de su vida.
No tiene experiencia de combate y no se siente intimidado por la superioridad en armamento de Rusia.
«Me gusta salirme de mi zona de confort y ahora mismo lo más importante es defender nuestro país», explica con una sonrisa.
«Entrenamos todo el día, de la mañana a la noche, solo descansamos para comer y dormir. Parece una película americana pero es la realidad», agrega.
«Mi hermano y yo queremos ir al frente. Cuando terminemos el entrenamiento estaremos preparados para hacerlo», señala.
¿Tiene miedo? Oleksander niega con aplomo y explica que los rusos tienen las armas pero los ucranianos la voluntad de luchar. «Iría a luchar con las manos desnudas sin pensarlo si tuviera que hacerlo», sostiene.
Los entrenamientos tienen lugar en una instalación propia donde los voluntarios conviven todo el tiempo que dura su formación para crear un espíritu de equipo que será necesario en las trincheras.
«Yo tampoco iría al frente junto a alguien que no conociera muy bien», relata Ruslan, de 26 años, que tiene experiencia de combate y es uno de los instructores.
Ruslan explica que en unos 20 días de entrenamiento intensivo se puede formar a un combatiente, aunque eso no significa que vaya a ir al frente en ese plazo porque actualmente sobran voluntarios.
…Y POCAS ARMAS PESADAS
Tanto Ruslan como Oleksander subrayan la importancia de acelerar la entrega de armas occidentales a Kiev en un momento en el que alrededor de 150 combatientes ucranianos mueren cada día.
Damien Magrou, el portavoz de la Legión Internacional de voluntarios extranjeros, pidió en una reciente conversación con Efe acelerar la llegada de armas para evitar muertes innecesarias en las filas ucranianas.
«Necesitamos mucho más armamento pesado. Necesitamos más artillería pesada. Necesitamos cohetes de larga distancia, misiles antibuque, misiles anticohete. Y los necesitamos ya porque cada día que pasa hasta 150 soldados ucranianos mueren», argumenta.
Occidente ya ha entregado algunos de estos sistemas, como artillería pesada autopropulsada, pero es necesario un número mucho mayor para contestar la superioridad de Rusia, que, además, tiene diez veces más munición que Ucrania.
La batalla de Donbás, el escenario determinante en la guerra, se ha convertido en un duelo artillero en el que Rusia cuenta con una clara superioridad, y las armas ligeras y la voluntad de luchar de los ucranianos están lejos de determinar la victoria.