Jessica (19) llega a El Alto todos los días para vender el popular y clásico Thayacha, más conocido como helado andino.
“En El Alto buscan más, quieren más, por eso vengo aquí con mi mamá”, cuenta la joven que lleva siete meses de embarazo y la venta de este alimento alto en nutrientes, fue la forma que halló para generar ingresos.
La Thayacha está hecho en base a isaño, un tubérculo parecido a la oca, que se produce en el altiplano, su elaboración es sencilla y no requiere de ningún ingrediente más que el isaño. “Se hace cocer primero el isaño, pero antes hay que hacer solear el isaño por varios días para que quede dulce, luego hay que cocinarlo y hay que hacerlo congelar a la intemperie”, cuenta.
Y es que este producto es elaborado, principalmente, en invierno. Una vez cocido se pone en paja por la noche y por las madrugadas de invierno, empieza a congelar.
Jessica es de Viacha y la topografía de la región, planicie, hace que en estas fechas congele más. “Nosotros con esto nos mantenemos, en Viacha congela solo cuando hay helada, en invierno (…) cada año vengo a El Alto a vender, cuando es invierno”, dice.
“En El Alto compran más, no regatean el dinero, pero eso sí piden un aumento y le aumentamos, pero en Vicha mucho no se puede vender y hay mucha competencia”, confiesa Jessica quien se aproxima a los siete meses de embarazo.
VALOR NUTRITIVO
El isaño tiene un alto valor nutritivo en proteínas (15%), carbohidratos (20%), agua (80%), vitamina C y B, fibra, calcio, fósforo, hierro y ácido ascórbico. Según algunos expertos, en la medicina tradicional es considerado como antibiótico y calmante para problemas renales, anemia, inflamación de la próstata, entre otros.
Se produce una vez al año en el altiplano. Tiene un sabor picante y cuando se expone al sol llega a obtener un sabor dulce y así es agradable al paladar. El isaño es cultivado en asociación con maíz y principalmente con oca y papalisa. Así mismo se encontraron cinco variedades con nombres locales de: chi’yar (negro), killu (amarillo), jachir (con líneas rojas), qhini (amarillo morado) y asut’i (con líneas moradas). El consumo en la zona es en forma de huatia (cocción bajo tierra) y hervido, y como thayacha.
“Las propiedades nutricionales y medicinales del isaño no son conocidas ni valoradas por la población joven, su consumo más frecuente son de las personas mayores. Debido a la migración que existe en la zona la producción del tubérculo se reduce paulatinamente su producción”, destaca un informe de la Revista de Investigación e Innovación Agropecuaria y Recursos Naturales de la Universidad Mayor de San Andrés (UMAS).
SOLO EN LAS MAÑANAS
Jessica y su esposo venden la Thayacha desde los dos bolivianos. Se la puede encontrar en la Calle 5 de la Ceja a partir de las 07.00 horas hasta el mediodía, (dependiendo de la venta de su producto).
“Estoy esperando familia, necesitamos vender, estoy también apoyando a mi madre, ella también vende Thayacha porque mi papá está delicado con diabetes y necesitamos para sus medicamentos; podemos también preparar pedidos si la gente desea”, pide la futura joven madre.
En el mercado, la cuarta de isaño llega a costar hasta 40 bolivianos. En Achacahi, de donde es originaria, Jessica, también se dedica al cultivo de este tubérculo, junto a otros como la papa. Volvió recién de Brasil, donde por la caída del real quedó desempleada, pero a poco de conformar una familia no se da por vencida, junto a su pareja (Limbert).