Se creó un Comité Interinstitucional integrado por gobernación, alcaldías, Fuerzas Armadas, Senasag y el Gobierno. El plan se replicará en todo el país.
El departamento de Tarija será la primera región del país que aplicará un plan regional de lucha contra el contrabando con el apoyo de autoridades nacionales, departamentales y municipales y la participación de varias instituciones.
El viceministro de Defensa de los Derechos del Usuario y Consumidor, Jorge Silva, anunció que como parte del plan se conformó un Comité Interinstitucional de lucha contra este ilícito.
El plan apunta a luchar en conjunto junto a Potosí para evitar el ingreso de productos de contrabando de Argentina.
“Se ha creado un Comité Interinstitucional de promoción, comercialización, producción y lucha contra el contrabando en Tarija. Con la participación de las Fuerzas Armadas, el Senasag (Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria). Además, los gobiernos municipales, la Gobernación, el Viceministerio de Lucha contra el Contrabando, el Viceministerio de Defensa al Consumidor”, explicó Silva.
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Contrabando
Asimismo, indicó que volverán a reunirse el 8 de agosto para aprobar ya un plan de acción que se ejecutará sobre la base del trabajo que está implementado el Viceministerio de Lucha contra el Contrabando.
Según Silva, este plan se aplicará en todo el país. Las otras regiones donde se trabajará serán La Paz, Cochabamba y Oruro, con el objetivo de lucha contra el contrabando de Chile y Perú. Posteriormente, se realizará la misma labor en Pando, Beni y Santa Cruz para luchar contra el ilícito que ingresa desde Brasil.
“Esta es una de las formas de luchar contra el contrabando, articulando las diferentes fuerzas de instituciones al interior del país. La lucha no solo es una responsabilidad nuestra. (El plan) nos permitirá realizar un mejor trabajo si contamos con el apoyo de las instituciones”, remarcó.
Tarija y Potosí son dos de las regiones por donde ingresa mayor cantidad de contrabando desde Argentina, que luego se distribuye a todo el país. Alimentos, bebidas alcohólicas y otros productos de origen argentino invaden los comercios bolivianos y se venden a menor precio; sin embargo, no todos tiene registro sanitario ni se garantiza si son aptos para el consumo.
