KABUL, Afganistán – Un centenar de jóvenes estudiantes que recibieron becas de estudios para viajar a Emiratos Árabes Unidos (EAU) y completar allí sus estudios universitarios, fueron retenidas este miércoles en el aeropuerto de Kabul por los talibanes que prohibieron que las mujeres hicieran el viaje.
Cien jóvenes afganas viajaban a culminar sus estudios en colaboración con la Universidad de Dubai, aseguró hoy en la plataforma de mensajes X (Twitter) el presidente del conglomerado Al Habtoor, Khalaf Ahmad al Habtoor, quién había ofrecido y organizado las becas para las estudiantes.
Pero las jóvenes «lamentablemente no pudieron llegar al aeropuerto de Dubai para continuar sus estudios debido a la interferencia de los talibanes», aseguró.
De acuerdo con el empresario emiratí, el Gobierno de facto de los talibanes en Afganistán, sin «justificación, impidió su salida, restringiendo injustamente su libertad».
Junto a su denuncia en las redes sociales, Habtoor publicó un mensaje de voz de quien se supone es una de las estudiantes becarias, en el que se le escucha decir: «Ahora mismo estamos en el aeropuerto, pero desafortunadamente el Gobierno no nos permite ir a Dubai, ni siquiera aquellas que tienen un Maharam (hombre guardián)».
El conglomerado «obtuvo admisiones universitarias, alojamiento, transporte, seguro médico y una variedad de servicios integrales destinados a garantizar la máxima comodidad y seguridad para las estudiantes», pero «nuestras aspiraciones fueron aplastadas», indicó Habtoor.
Con esto lamentó las acciones que «constituyen una tragedia profunda, un golpe contra los principios de humanidad, educación, igualdad y justicia» y pidió a todas las partes involucradas que intervengan rápidamente y ayuden a rescatar a las estudiantes.
Desde que los talibanes tomaron el poder de Afganistán en agosto de 2021, las mujeres han sido vetadas de la educación secundaria y universitaria, y de trabajar en la mayoría de los espacios públicos salvo algunas excepciones.
Las autoridades además han dictado restricciones que les obligan a salir a la calles con el rostro cubierto, la segregación por sexos o ir acompañadas en viajes largos de un miembro familiar masculino.
La realidad que viven las afganas a día de hoy se asemeja cada vez más a la época del primer régimen de entre 1996 y 2001, cuando en base a una rígida interpretación del islam y su estricto código social conocido como pastunwali recluyeron a las mujeres en el hogar.