Los productos se internan por 60 pasos ilegales de esa región. Provienen de Argentina y Paraguay y el control es nulo
La frontera entre Argentina y Bolivia es un coladero. Y como si nada la gente viene y va de un lado al otro con carga de contrabando. Esto incluso a la vista de las autoridades de ambos países, de hecho, existen pasos ilegales que están a metros del cruce legal ubicado en el municipio de Yacuiba. Por ahí el trasiego de carga ilegal es tan normal que a nadie le parece una sorpresa, por estos pasos de tierra vigilados por vigías que cobran un peaje de 100 pesos (dos bolivianos) fluye el tabaco, azúcar, granos y hasta materiales de construcción.
El nuevo negocio que florece por estos caminos es el tráfico ilegal de tabaco de marcas de Argentina y Paraguay que ingresan por Yacuiba y Villamontes.
La actividad se ha hecho muy lucrativa. No es para menos, una cajetilla del producto en esa zona cuesta 500 pesos argentinos (5 bolivianos).
Luego este artículo es revendido por el doble de su valor inicial, en centros urbanos de Bolivia, como Santa Cruz.
“De allá (de Santa Cruz) están llevando harto. Está bonita la venta, traemos de Paraguay lo cruzamos por la banda (zona de los ilegales). Es un cigarro de calidad, es de primera”, señala uno de los comerciantes de este tipo de productos.
EL DEBER recorrió parte de la frontera con el vecino país y verificó cómo el tráfico de tabaco gana popularidad. Las marcas más requeridas por la demanda nacional son Hills, Rodeo -ambas paraguayas- y Chesterfield que es una marca de cigarrillos perteneciente a la multinacional Philip Morris, que se produce en Argentina.
La alta demanda hizo que incluso el precio en frontera suba. Antes, una caja grande con 50 unidades tenía un costo de Bs 1.000, pero ahora el precio está a Bs 1.500.
“De acá salen por la mañana en flota varias cajas a Santa Cruz. Hay mucho requerimiento”, señala un comerciante al ser consultado sobre este producto.
En julio, la Aduana Nacional de Bolivia reportó el decomiso de 18 toneladas de cigarrillos de procedencia paraguaya, en un operativo en la ciudad de Cochabamba.
Mientras que un informe del Congreso Paraguayo, publicado el 18 de octubre de 2022, sostiene que hay una red de contrabando de cigarrillos y lavado de dinero con origen en el país guaraní y ramificaciones en varias naciones de la región, entre ellos Bolivia.
Este corredor cruza todo el país, desde el sudeste del departamento de Santa Cruz, en la frontera con Paraguay, hasta la carretera Boyuibe-Charagua-El Espino, además de Yacuiba, recorre distintas rutas hasta el occidente para ingresar a Chile, a través de los más de 200 pasos no habilitados que existen en la frontera con ese país y Perú.
“Llamá con tiempo”
Conseguir una carga de cigarrillos es simple. Solo se necesita de dinero, el contacto con algún intermediario y cruzar por cualquiera de los pasos fronterizos ubicados por los alrededores de Pocitos, una localidad boliviana ubicada en la franja que divide a ambos países.
Para pasar a Argentina, solo se necesita 200 pesos (dos bolivianos) que se paga en cualquiera de los pasos ilegales.
El dinero es el peaje que todo viajero debe entregar para cruzar la frontera a la red de contrabandistas que controla esos pagos. Una vez en Pocitos argentino, pueblo homónimo al boliviano, basta con preguntar en cualquier tienda, almacén o comercio minorista ¿dónde compró cigarros?
Todos señalan un lugar donde se distribuye el producto en grandes cantidades. Es un minisúper que está a metros del punto de control fronterizo argentino, Salvador Mazza.
“Hoy ya no tengo. Pero el sábado me llega mucha mercadería, Camel, Malboro o podés pedirme la marca que quieras, pero avísame con tiempo para hacer el pedido”, dice una mujer de pelo rubio, piel morena y voz gruesa.
Todos la conocen y la mujer no duda en dar su número a las personas que quieran hacer negocios en serio con ella. El paquete de 50 unidades está en Bs 1.400 o su equivalente en pesos argentinos.
Ahí, las dos monedas se usan sin ningún problema. Aunque algunos comercios prefieren la moneda boliviana por ser más estable.
“Te traemos tu pedido, llama con tiempo, solo eso te pido. Podés escribir al WhatsApp sin problema, siempre contesto. Después de acá te lo pasamos rápido al otro lado (Bolivia)”, dice.
Fuentes del sector tabacalero nacional, consultadas por EL DEBER, sostienen que el mercado boliviano está inundado con al menos 50 marcas de cigarrillos que ingresan ilegalmente. Las ciudades donde se concentra la mayor cantidad de estos productos son Santa Cruz, La Paz y El Alto.
Entre las marcas de cigarros internados de forma irregular están 10/20, 555, Capital, Carlyle, Bentley, Dubai, Ei8ht, Carnival, Chancellor, Chesterfield, Esse, Fox, Gift, Hills, Golden Deer, Euro, Bill y Hamilton, Golden Beach, Vip, Rodeo, entre otros.
La mayor parte de estas marcas procede de Paraguay y de países del Asia. Pero la mayoría son elaborados en territorio paraguayo. En el caso del tabaco paraguayo la ruta del comercio ilegal inicia en Ciudad del Este, donde se fabrican los cigarrillos.
Luego pasa a Pilar, punto de ingreso a Argentina por carreteras asfaltadas, hasta llegar, primero a La Punta, luego a Mariscal Estigarribia, Pozo Hondo y Salvador Maza; desde donde pasa por Aguas Blancas, frontera con Bermejo, Tarija, y luego La Quiaca, frontera con Villazón. Mientras que la región de Yacuiba está registrada como uno de los ingresos de esos productos.
“Yo me hago traer de Paraguay, por Villamontes de ese lado me llega. Antes, traía varias cajas a Bs 1.000 surtidito, pero se encareció a Bs 1.500. Ya no me da, por eso ahora solo traigo para mí, pero es fácil conseguir”, dice una comerciante de un pequeño puesto de golosinas y chicles del lado argentino.
Azúcar y granos
Pero no solo el tabaco llega con fuerza al país. Los contrabandistas también internan azúcar y granos del vecino argentino.
La internación del endulzante, se hace a través de un punto en la zona de Barrio Nuevo, cerca de un cementerio. El paso es una quebrada que está bien vigilada.
Ahí, varias personas descargan el producto de camiones que llegan desde Tucumán con azúcar La Trinidad.
Este insumo se produce en un ingenio que lleva el mismo nombre y está a 632,7 kilómetros de Yacuiba. Paradójicamente, cerca de donde se descargaba esta mercancía un patrullero de la Policía boliviana pasaba sin decir nada.
“Acá todos viven del contrabando y nadie puede controlar, ni la Policía. Para evitar problemas no dicen nada”, asegura una habitante de ese municipio que prefirió no ser citada. Para la nota no se pudo conseguir la versión de la Policía Nacional.
A metros de donde se descarga el azúcar, pasando una quebrada, ya en territorio argentino, un grupo de 20 personas descarga maíz de un camión. Entre las personas que hacen ese trabajo están bolivianos y argentinos.
La paga por este trabajo duro puede ser de hasta Bs 50.
Allá los acentos se entremezclan, e incluso pijchean coca para soportar la faena que es supervisada por personas que vigilan y están alertas de que nadie tome fotos. También son los encargados de ver y detener a cualquier persona que luzca sospechosa.
A metros de donde se trasiega el maíz otras personas comienzan a cargar ladrillos en pequeños camiones que deben salir a Yacuiba. Mientras esto pasa, ciudadanos argentinos ingresan hasta la localidad boliviana. Llegan en busca de verduras baratas
. “Los gauchitos vienen y compran para el día. Se llevan tomates, verduritas. Cosas así”, asegura una comerciante que atiende a varios ciudadanos argentinos.
Estas personas también compran ropa y zapatos usados, que se venden en improvisadas ferias. Otro punto donde estos productos son internados es en la Bombonera.
El lugar es un área donde hay una cancha de tierra y otra de cemento. La primera ya no se usa, aunque aún se mantienen los arcos.
En vez de ser usada para practicar el deporte rey, ahora sirve de parqueo para los camiones que esperan a los bagalleros u otros motorizados que llevan mercadería. El nivel de organización llega al punto de que existe una persona que toma lista y verifica el tipo de carga que deben recoger.
El lugar es uno de los puntos más usados. En menos de seis meses se han construido casas que sirven como almacenes para la mercadería. Ahí, donde la ley prácticamente no existe, se respira el humo del contrabando de tabaco, azúcar, granos y de todo lo que pueda ingresar ilegalmente.