El hijo agresor, Pablo Escudero Rojas, confesó su culpabilidad en el ataque. En ningún momento mostró remordimiento por lo sucedido.
Herminia viajó desde Cochabamba a Santa Cruz para cobrar unas deudas y supervisar la construcción de su domicilio en la zona de la avenida Piraí. Pero, lamentablemente, encontró la muerte la noche del miércoles a manos de su propio hijo.
Su sobrina, Maruja Guarachi, relató como sucedió el trágico hecho que dejó a toda una familia de luto.
Ella dijo que escuchó los gritos de auxilio de su tía e intentó ingresar al domicilio, pero se encontró con la puerta cerrada. «Fui corriendo y la puerta estaba pegada, no nos dejaba entrar. Solo podíamos escuchar los gritos de ‘auxilio’, ‘auxilio’, y luego todo quedó en silencio», expresó con angustia en su voz.https://www.dailymotion.com/embed/video/x8migtn#amp=1
Con la esperanza de poder ayudar a su tía, pidió a los vecinos que llamaran a la policía y trajeran una escalera para ingresar al lugar. Sin embargo, lamentablemente, los esfuerzos fueron vanos ya que el sujeto los amenazaba con un palo y un cuchillo.
«Que se haga justicia y que se pudra en la cárcel. Él No merece estar afuera». Entre lágrimas, agregó: «¿Cómo le pudo hacer eso a su propia madre?».
Los restos de Herminia está siendo velado por sus familiares en la misma construcción donde tuvo lugar la tragedia. Se espera el arribo de sus otros hijos, quienes residen en el extranjero, para poder trasladar el cuerpo a su ciudad natal de Cochabamba y brindarle un sepelio cristiano.
El hijo agresor, Pablo Escudero Rojas, confesó su culpabilidad en el ataque, revelando la existencia de una discusión previa con su madre por asuntos económicos. Su falta de remordimiento y el ensañamiento mostrado en el acto dejaron consternada a la población cruceña.