El director de Epidemiología, Freddy Armijo, ratificó que la decisión para el uso opcional del barbijo en espacios abiertos responde a la desescalada de contagios en la quinta ola.
“Desde hace cuatro semanas estamos en descenso sostenido de casos. Lo que vemos en las proyecciones es que este descenso va a continuar. No se presenta, en el panorama de las nuevas variantes, una que pueda generar una nueva ola, no hay esa amenaza y hay todas las condiciones de flexibilizar optativamente el uso de barbijo en espacios abiertos”, dijo en La Razón Radio.
El entrevistado agregó que si bien se trata de una decisión optativa, se debe continuar con las medidas de bioseguridad en ambientes cerrados; además, aconsejó a la población continuar con la vacunación, especialmente con la menor de 18 años.
La decisión fue comunicada por el ministro de Salud, Jeyson Auza, en base a los argumentos del Consejo Nacional Estratégico para Emergencias Sanitarias.
Armijo resaltó que la inmunidad de la población es la garantía para tomar una medida definitiva. “La cobertura de vacunación no alcanzó los límites que consideramos óptimos. En la quinta ola se dieron más de 194.000 enfermos, pero en la cuarta tuvimos 406.638 enfermos. Esto hace que hayan adquirido un nivel de vacunación. Hicimos un estudio para que ver qué proporción de la población se hubiese enfermado y eso nos lleva al cálculo de inferir que más o menos un 63% de la población hubiese adquirido una inmunidad natural, que fortalece a la inmunidad artificial de las vacunas”.
Asimismo, “en algún momento tenemos que volver a la normalidad, sabemos que el uso del barbijo no puede ser eterno y nos permite decir que podemos iniciar este proceso con una decisión de uso optativo del barbijo”.
El responsable informó que en la cuarta ola hubo un 0,7% de mortalidad y en la quinta, un 0,1%. Atribuyó el éxito a las medidas adoptadas en el control de contagios al inicio de la enfermedad, para que no llegaran a los hospitales.
“Estamos preparados para cualquier situación que pueda presentarse en adelante. Este virus, si bien puede volverse más patógeno, su capacidad letal ha ido decayendo. Probablemente alcanzó a un estado de comportamiento endémico”, sostuvo.
Armijo también apuntó que el COVID-19 “nos ha dejado cicatrices profundas” y que se debe rediseñar una nueva forma de vivir.