Robo de panales y miel adulterada afectan producción de apicultores

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“No es fácil criar abejas, es bien complejo y se necesita de mucho conocimiento”, dijo Macario Choque, uno de los apicultores cochabambinos que se dedica a la producción de miel en el municipio de Santiváñez, en el valle alto de Cochabamba.

En el departamento de Cochabamba hay más de 5.500 productores apícolas (apicultores) y más de 25 mil a nivel nacional. Además, hay más de 45 mil colmenas de abejas establecidas y manejadas en el departamento.

Esta última temporada (2021-2022) se produjo 460 toneladas, los rendimientos fueron bajos este año que pasó, pero ya comenzaron las primeras cosechas de la temporada (2022-2023).

Choque dijo que para tener un apiario se necesita inversión económica, tiempo y, lo más importante, que te guste la crianza de abejas. Además, no tener miedo a la picadura, porque es medicinal.

“Los productores constantemente pasamos talleres con especialistas nacionales, de Argentina y otros países, para tener una buena producción. Yo tengo 200 colmenas y por temporada sacó unos 400 kilos de miel”, explicó.

Asimismo, dijo que la producción depende mucho del trabajo de la reina abeja y de la floración, eso quiere decir que si florecen más el algarrobo y el molle en septiembre, la cosecha será mayor.

Los productores no sólo sacan la miel de abeja que es comercializada a 50 bolivianos el kilo, sino que producen jalea, propóleos, cera y panal, entre otros derivados, y también se dedican al cuidado de abejas reinas para comercializarlas.

Para tener un apiario se necesita tener conocimiento para la crianza de abejas. Desde dónde armar una colmena, la misma que debe estar mínimamente a tres kilómetros de distancia de la otra, para que la vegetación abastezca a las especies y la producción sea mayor. Asimismo, debe estar alejada de las viviendas para que los insectos no molesten a las personas y animales.

El presidente de la Federación de Apicultores de Cochabamba, Davor Mendizábal, informó que unos 1.200 apicultores viven en Cercado, pero tienen sus apiarios en varios municipios o departamentos. “El mayor conflicto es la falta de un marco jurídico y normativo de fomento y protección a la crianza de abejas, porque nos queman y roban colmenas, además, no hay una manera legal de recuperar o pedir compensaciones porque hay vacíos que no ubican claramente a las colmenas de abejas como beneficiosas para todos”, agregó.

“Queremos ahora que se incluya la miel con jalea real en el desayuno escolar o suplemento alimenticio escolar en el municipio de Cochabamba, estamos trabajando en ello”, dijo.

Casos de robo 

Mendizabal informó que el sector se encuentra en emergencia luego de sufrir el robo de más de 62 colmenas en diferentes partes del departamento.

“Es preocupante esta situación porque los ladrones de colmenas tienen el conocimiento de apicultura, para llevarse las cajas con la miel y abejas, la misma que tiene un valor de 1.650 bolivianos, además, los robos ocurren en la temporada de cosecha”, dijo .

En abril de este año llegó la denuncia del apicultor Iván Torrico, a quien le robaron 26 colmenas en el municipio de Quillacollo, en el valle bajo.

“En este caso logramos identificar a un sospechoso, pero no hay avances en la investigación, porque en el marco legal las abejas no están reconocidas y los fiscales indican que no hay manera de imputar a los denunciados”, dijo.

En 2021 se registraron en el departamento de Cochabamba más de 650 colmenas robadas en diferentes regiones.

La autoridad dijo que ya son tres años que sufren este tipo de robos y en ningún caso se hizo justicia.

Los robos para los apicultores son una pérdida total de su capital, porque los ladrones se llevan las cajas con la miel que se produjo durante aproximadamente seis meses. Por colmena se produce entre 25 a 35 kilos de miel, que algunos entregan a la empresa Promiel. El precio es de aproximadamente 32 bolivianos por kilo y, por goteo, los apicultores locales venden a 50 bolivianos .

Para la búsqueda de las cajas, los productores colocan una inicial de su nombre con fierro caliente.

¿Cómo identificar la miel adulterada en los mercados de Cochabamba?

“La miel con abejas en los frascos, con panales o que tenga un precio bajo en los centros de abasto es adulterada”, dijo el presidente de la Federación de Apicultores de Cochabamba, Davor Mendizábal, a tiempo de dar recomendaciones a la población para identificar la miel falsificada, que es dañina para la salud.

Lo mejor es fijarse si la miel está limpia, es decir, si no tiene suciedad, pedazos de panal o abejas. Si el precio está por debajo de los 65 bolivianos el kilo, se debe sospechar, porque una miel buena llega a costar hasta a 85 bolivianos.

Mendizábal dijo que la miel adulterada es mezclada con agua, jarabe o azúcar, y su precio en el mercado es de 10 a 20 bolivianos el kilo y su olor es intenso porque lo mezclan con aditivos. El consumo excesivo de sacarosa o de jarabes causa problemas muy graves en la salud de la población, como la presión alta y diabetes, por eso, se dice que esa miel falsificada es un veneno; mientras que la miel pura es un edulcorante natural y es una medicina.

Mendizábal dijo que la verdadera miel tiene que estar limpia, porque los apicultores filtran la miel antes de entregarla, luego debe tener una cristalización homogénea, su olor es delicado y suave, con toques ligeros a flores, a frutas o a madera. Además que


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