Richter asegura que Áñez “no tiene documento alguno que la pueda acreditar como Presidenta”

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La exsenadora Jeanine Áñez no cuenta con ningún documento que la acredite como Presidenta Constitucional de Bolivia, porque no juró al cargo como mandan los preceptos constitucionales “ante la mirada de ningún sector que pueda tener la validez señalada en la Constitución Política del Estado”, aseguró el portavoz presidencial Jorge Richter.

“¿Puede la señora Áñez acreditar un papel, un documento, que diga esto me confiere a mí la calidad de Presidenta Constitucional del Estado boliviano? no lo puede hacer”, aseguró e insistió en que, “por más que busque en todas las gavetas de su domicilio no va a encontrar (ningún documento de este tipo), porque no se lo dieron”.

Áñez tomó el poder el 12 de noviembre de 2019, como consecuencia de un acuerdo político-cívico celebrado en ambientes de la Universidad Católica Boliviana (UCB). Se hizo de la Presidencia del Senado en una sesión sin quórum y siendo de la minoría, cuando no lo permite el Reglamento de Debates, para luego declararse en una sesión legislativa sin quórum Presidenta de Bolivia.

No juró al cargo, como establecen las normas. Richter aseguró que el hecho que haya estado funcionando la Asamblea Legislativa Plurinacional entre 2019 y 2020 o que haya “firmada una carta con el rótulo de Presidenta Constitucional” no le da un carácter constitucional a su gobierno de facto.

“Por supuesto que la señora Áñez buscó por todos lados que la fachada que construyeron como sucesión constitucional pueda ser digerida, creída e incorporada por parte de la sociedad boliviana, pero no fue así”, insistió en Radio Kawsachun Coca y explicó que una muestra de eso es que en las elecciones de 2020 ganó el presidente Luis Arce.

“La señora Áñez no tiene documento alguno que la pueda acreditar como Presidenta del Estado”, aseguró y explicó que, por la característica constitucional de la sucesión, Jorge Quiroga, Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez sí pueden mostrar un documento que acredite su juramento como Presidentes de Bolivia.

Áñez fue condenada a 10 años de cárcel, justamente, por la forma cómo se hizo de la Presidencia del Senado, que luego le permitió llegar al poder. La exsenadora afirmó en reiteradas ocasiones que su mandato fue legal y pone como prueba el funcionamiento del Legislativo y la probación de normas.

Una protesta cívica liderada por el hoy encarcelado excívico y gobernador Luis Fernando Camacho acabó en el golpe de Estado y la renuncia de Evo Morales, acorralado por la violencia, el motín policial y la “sugerencia” militar de dimisión.

El propio Camacho reveló que su padre, José Luis, “arregló” con militares y policías para que quitaran su respaldo al gobierno de Morales, lo que viabilizó su llegada a La Paz y la toma de Palacio de Gobierno, con la Biblia en la mano.


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