La tormenta de citoquinas es una reacción excesiva del sistema inmunitario frente a una infección en la que se liberan en la sangre demasiadas citoquinas –proteínas que se encargan de organizar la respuesta inmune–, lo que provoca una gran inflamación y puede ser letal. Muchas de las personas con Covid-19 grave presentaron esta complicación que se consideró responsable principal de su muerte. Sin embargo, un grupo de científicos ha encontrado que lo que realmente mató a los pacientes Covid-19 fue la neumonía bacteriana secundaria no resuelta.
La infección bacteriana secundaria del pulmón (neumonía) afectó con mucha frecuencia a los pacientes con Covid-19 y, en concreto, la experimentó casi la mitad de aquellos que precisaron soporte de ventilación mecánica. Ahora, investigadores de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern han aplicado el aprendizaje automático a los datos de registros médicos y han descubierto que la neumonía bacteriana secundaria que no se resuelve suponía un factor de riesgo clave para que los pacientes con Covid-19 falleciesen, que podía incluso superar las tasas de mortalidad por la propia infección viral.
“Nuestro estudio destaca la importancia de prevenir, buscar y tratar agresivamente la neumonía bacteriana secundaria en pacientes críticos con neumonía grave, incluidos los que tienen Covid-19”, ha declarado el Dr. Benjamin Singer, profesor asociado de medicina en la Universidad Northwestern Feinberg y médico de cuidados intensivos y pulmonares de Northwestern Medicine y autor principal del estudio, cuyos resultados se han publicado en Journal of Clinical Investigation.
Estos científicos han comprobado que alrededor de la mitad de los pacientes con Covid-19 desarrollan una neumonía bacteriana secundaria asociada al ventilador. “Aquellos que se curaron de su neumonía secundaria tenían más probabilidades de vivir, mientras que aquellos cuya neumonía no se resolvió tenían más probabilidades de morir”, afirma Singer. “Nuestros datos sugirieron que la mortalidad relacionada con el virus en sí es relativamente baja, pero otras cosas que suceden durante la estancia en la UCI, como la neumonía bacteriana secundaria, compensan eso”.