Productores rematan sus parcelas por falta de agua en el valle alto

Compartir el artículo:

La falta de fuentes de agua para riego llevó a decenas de productores del valle alto a poner en venta sus parcelas. La situación es más crítica en el municipio de Punata, donde los agricultores rematan sus tierras desde hace cinco años, tras el cierre de la laguna Robada, una represa ubicada en el municipio de Sacaba y cuyas aguas eran compartidas entre comunarios de Aguirre y regantes del valle alto.

“Ahora estamos regando con pozos, pero se están secando. El agua no abastece. Sufrimos mucho, por eso muchas familias están migrando al exterior, vendiendo sus terrenos, sólo los mayores nos quedamos”, relató Benedicto Colque, un regante.

Contó que, por la falta de lluvias y la escasez de agua, los cultivos de maíz comienzan a secarse, mientras las plantas frutales se quedan sin hojas y mueren antes de dar frutos.

El cierre de la laguna Robada no sólo ha reducido la capacidad productiva de la región, sino que también provocó que el caudal de las fuentes y las aguas subterráneas se reduzcan al mínimo, según Willy Ugarte, el presidente de la comunidad de La Villa.

Hasta 2017, La Villa era un valle paradisiaco, donde 100 familias cultivaban casi año redondo extensas superficies de zanahoria, cebolla, flores y maíz, pero ahora la zona a penas logra producir para que los comunarios sobrevivan.

“No tenemos ni agua potable, estamos haciendo perforar un pozo. Riego no hay, ahorita lo único que tenemos para consumo es una vertiente, pero eso no abastece; necesitamos que los de Aguirre suelten el agua para alimentar a los pozos profundos”, añadió.

Ugarte contó que, hace años, la comunidad producía verduras en abundancia que eran comercializadas en mercados de la ciudad de Cochabamba, en Santa Cruz y en otros municipios aledaños de la región como Cliza, Tiraque y Tarata.

En un recorrido realizado por Los Tiempos, se constató que, si bien en Punata existen cientos de hectáreas de tierra disponibles para sembrar, la mayoría se encuentra abandonada, con maleza o fraccionadas, listas para la venta.

“La gente está empezando a lotear, algunas autoridades departamentales dicen que el valle alto es todavía granero del país, pero ya no es así, en todo lado la tierra está seca y el agua de los pozos no alcanza”, remarcó el representante de los regantes de Punata, Martín Vía.

Mencionó que la carencia de agua para riego ocasionó que decenas de productores cambien de rubro, razón por la que más de 500 regantes de la región nuevamente unen fuerzas para exigir que se respete su derecho a recibir agua de la laguna Robada.

Vía indicó que la represa fue construida por los regantes de Punata y que existe un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional que establece que tiene derecho al 74 por ciento del caudal acumulado, mientras el 26 por ciento corresponde a los comunarios de Aguirre.

Otra situación que preocupa a los vecinos del área urbana y rural es la falta de proyecto a largo plazo, similar a la represa de Misicuni.

El representante del Distrito 5 de Punata, Jaime García, señaló que la falta del líquido vital se siente también en el centro histórico de la población del valle alto.

Precisó que 10 comunidades fueron afectados de forma directa con la restricción de sacar agua de la laguna, pero otras 10 también sufren porque ya no pueden beneficiarse de las filtraciones.

Otro aspecto que preocupa a los punateños es la agilidad con la que se evapora el agua de la laguna Sulti, un espejo de agua que atrae a diversas aves migratorias y donde aún es posible encontrar liebres y otros animales silvestres.

Hace cuatro años, el rebalse del vaso de agua permitía regar los cultivos de comunidades aledañas; ahora el caudal es mínimo e incluso se debe bombear para aprovecharla.

A diferencia de la laguna Alalay, en el caso de Sulti las aguas aún no desprenden malos olores, pero sí se encuentran turbias y contienen gran cantidad de sedimento.

La falta de agua en los ríos aumentó la extracción de agregados en las franjas de seguridad y se realiza sin control, según los pobladores.

Durante la visita, se verificó que maquinaria extrae arcilla de las orillas del río Sulti y del río La Villa.

Tarata

El cambio climático también afecta al municipio de Tarata, donde una de las represas que atrae gran cantidad de turistas a principios del año se encuentra completamente seca y con la superficie erosionada.

La laguna Turquesa es una de las principales fuentes de agua para riego. Los comunarios de la subcentral Huerta Mayu relataron que el embalse se secó hace tres semanas y que con el último desfogue se pudo garantizar la cosecha de papa.

Un comunario dijo que en próximos días ingresarán a realizar algunos trabajos, pero se encuentran en alerta, porque, luego de que la laguna se secara, las vertientes de agua para consumo están con caudal mínimo.

Algunos comunarios mencionaron que proceden a la extracción de aguas subterráneas con bomba, aprovechando que el periodo del último desfogue aún no es lejano.

“Vamos a regar una vez más todavía, pero si no llueve perderemos toda la producción”, alertó un comunario del valle de Tarata.

Piden proyectos de largo aliento

El representante de los regantes de Punata, Martín Vía, dijo que es urgente que la región se una para exigir al Gobierno nacional y a la Gobernación el financiamiento de proyectos macro porque la perforación de pozos ya no es una alternativa.

“Cada vez hay que cavar más profundo para encontrar agua y eso es más inversión, muchos productores que se van al exterior vuelven, se hacen perforar pozos, pero no hay agua y, si encuentra, es salada”, explicó.

Vía dijo que en ese marco se realizaron 11 reuniones para impulsar un proyecto en Tiraque que aún no logra concretarse.


Compartir el artículo:
Scroll al inicio