En el segundo día del XXIV congreso de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb) volvieron a registrarse enfrentamientos entre los asistentes.
Uno de los puntos de discrepancia fue la conformación y posesión del presídium que será la instancia que determine el nuevo comité ejecutivo y el final del congreso.
De acuerdo a los reportes, el desacuerdo fue la elección del departamento para dirigir el presídium. Algunos apoyaban que La Paz asuma la dirección por ser el anfitrión, otros apostaban por Cochabamba y Santa Cruz.
En ese proceso, los campesinos comenzaron abuchear y exigir transparencia en la elección. Hubo un momento, donde la multitud comenzó arrojar botellas, insultos e incluso, comenzaron a lanzar chicotazos.
Por la tensión, las autoridades decidieron declarar cuarto intermedio para calmar los ánimos y llegar a un acuerdo para conformar el presídium.
Uno de los dirigentes de la Csutcb, Humberto Claros lamentó los conflictos que se generaron en el segundo día del congreso. Asimismo, cuestionó que para ingresar al coliseo Héroes del Acre, donde se desarrolla el evento, varios asistentes fueron hostigados por ser seguidores del líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales.
«Lamentablemente la dirigencia corrupta de la Csutcb ha manipulado de tal forma que evidentemente los congregantes no están conformes (…), han hecho paralelas en departamentos como Potosí, Tarija que están al borde de tirar el congreso. Ha sido lamentable el accionar de los guardias, decían si ex evista no entra, si es de otro sí», dijo.
Los departamentos con más delegados son: La Paz, con 220 delegados; Cochabamba, 165; Oruro, 145; y Santa Cruz, con 110 delegados, que sumados serían 640; los demás departamentos y las regiones tienen menos de un centenar de delegados.
El viernes, en el primer día del congreso el presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca sufrieron diversos contratiempos. Cuando el mandatario emitía su mensaje hubo un corte de energía, mientras que la segunda autoridad del país fue abucheada y tildado de «judas». También se enfrentaron con silletazos y tomatazos.