A través de una carta abierta dirigida al secretario general de la OEA, diputados de países como Colombia, Argentina y Chile, integrantes del Foro de Madrid, denunciaron que hay un plan internacional de «desestabilización» al Gobierno de Dina Boluarte.
Parlamentarios provenientes de 14 naciones iberoamericanas y europeas, agrupados en el Foro de Madrid, remitieron una carta abierta dirigida al secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, expresando su «preocupación» por el «proceso de desestabilización» que, desde el exterior, se estaría cometiendo contra el Gobierno de Dina Boluarte.
En ese sentido, acusaron al expresidente de Bolivia, Evo Morales, de tener un «papel protagónico» en dicha desestabilización para «derrocar» a la jefa de Estado peruana.
«Es evidente el papel protagónico del controversial boliviano Evo Morales en las protestas vandálicas que se se realizan desde el sureste del país hacia Lima, con el objetivo de derrocar al Gobierno constitucional de Dina Boluarte«, refiere la misiva.
La carta está firmada por 118 parlamentarios y líderes políticos como Santiago Abascal, presidente del partido VOX de España; Javier Milei, diputado por La Libertad Avanza de Argentina; además de diputados del Partido Republicano de Chile, que postuló a José Antonio Kast en las últimas elecciones presidenciales en ese país; y congresistas de Fuerza Popular, Avanza País, Renovación Popular y Acción Popular.
«Falsa narrativa»
El documento señala también que el hecho «más grave» es el «comportamiento de gobiernos pretendidamente democráticos, como los de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Honduras y México» que estarían apoyando «implícitamente esta desestabilización» al afirmar «falsamente» que «Pedro Castillo fue víctima de un ‘golpe de Estado’ cuando es público y notorio que el ahora expresidente quiso disolver el Congreso para perpetuarse en el poder».
«No es casual (…) que éstos sean los mismos gobiernos que proponen abiertamente el desmantelamiento de la OEA y su subsiguiente reemplazo por una CELAC parcializada y al servicio de su agenda ideológica», señala la carta.
En esa línea, calificaron como «inaceptable» que, para algunos miembros de la OEA, «ciertas protestas sean ‘malas’ cuando afectan a sus aliados (…); y otras sean ‘buenas’, porque sirven para derrocar a sus adversarios ideológicos».
«Esta doble moral constituye una grave amenaza a nuestros sistemas democráticos y un riesgo para la paz y la estabilidad de nuestro continente. Dicha actitud debe ser condenada y reprobada, antes que logre sus nefastos objetivos», finaliza el documento.