Ello supone crecimientos interanuales de la demanda de 2,03 mbd (2024) y de 1,74 mbd (2025). Hace un mes preveía que los aumentos serían de 2,11 y 1,78 mbd, respectivamente.
Pese a esos “pequeños” ajustes a la baja (de 80.000 barriles en 2024 y 40.000 en 2025), el crecimiento del consumo petrolero se situará este año “muy por encima del promedio histórico de 1,4 mbd observado antes de la pandemia de la covid-19”, destaca el documento.
Estos cálculos se basan en la previsión de que la economía mundial crecerá en un “saludable” 3 % este año, y en un 2,9 % en 2025.
Esa entidad defensora de los intereses energéticos de las naciones industrializadas sitúa el crecimiento de la demanda por debajo del millón de bd, tanto en este como en el próximo año.
El barril del Brent se vendía este martes por debajo de los 70 dólares, mientras que el del petróleo de Texas (WTI) caía a menos de 68 dólares.
Ante la fuerte tendencia bajista, la OPEP y sus aliados decidieron el pasado jueves aplazar al menos por dos meses, hasta principios de diciembre, el aumento de la producción que tenían previsto aplicar a partir de octubre.
Se trata de ocho países que habían abierto los grifos de forma voluntaria y adicional a los fuertes recortes vinculantes que ha adoptado el grupo de 22 ‘petroestados’ en los últimos dos años con el objetivo de apuntalar los precios del “oro negro”.