La Organización de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc) en su informe estableció que la producción y tráfico de drogas incide de manera negativa en la cuenca del Amazonas al promover la economía ilegal y la deforestación, entre otros ilícitos. Afirmó que los grupos delictivos expanden sus operaciones en diferentes regiones, entre ellas Bolivia.
En el reporte “El nexo entre drogas y delitos que afecta al medioambiente y la delincuencia convergente en la cuenca amazónica” se señala que los grupos dedicados a la producción y tráfico de drogas “están diversificando sus actividades lucrativas que afectan al medioambiente”. “Grupos delictivos organizados en el narcotráfico en Brasil, Colombia, Perú y en menor medida, el Estado Plurinacional de Bolivia, están aprovechando los recursos ilegales y cadenas de suministro legales para expandir sus operaciones”, menciono en el informe.
Agregó que “cada vez hay más pruebas de narcotraficantes que financian y brindan el suministro de apoyo logístico para actividades ilegales, operaciones de extracción de oro en toda la región, incluyendo áreas protegidas, expandiéndose a la tala ilegal y el tráfico de vida silvestre”.
La institución indicó que estos ilícitos son acompañados frecuentemente por la delincuencia convergente, que va desde el soborno, la extorsión, el fraude y el blanqueo de capitales, hasta el homicidio, la agresión violenta, la violencia sexual y la violencia laboral.
Por ello, la actividad ilícita afecta a “los pueblos indígenas y otras minorías, de manera desproporcionada, por las actividades criminales ya que sufren desplazamiento forzado y envenenamiento por mercurio, así como una mayor exposición a la violencia”.
Rutas
De acuerdo con la Unodc, la cocaína enviada desde Bolivia fue reportada en 31 países, incluyendo Chile, Uruguay, Paraguay, Panamá, Argentina, así como Italia y Líbano.
También estableció que el 60 por ciento de todas las rutas de tráfico de cocaína desde Bolivia llegó a países de las Américas, el 20 por ciento a Europa y el 11 por ciento a Asia.
Se indicó que la cocaína producida en Colombia se suele exportar a Norteamérica (y, en menor medida, Europa Ocidental), ya sea directamente desde los puertos del Pacífico o las costas del Caribe o a través de Brasil y Venezuela hacia el norte hacia el Caribe y América Central.
“Por el contrario, Perú y Bolivia, son considerados las fuentes comunes de cocaína para los mercados internos en Brasil y Europa Occidental”, según el informe.
Políticos apoyan a criminales
La ONU en su informe señala que hay una constelación de actores comunes que abarcan las cadenas de suministro de los delitos relacionados con las drogas, ílícitos que afectan el medioambiente y la convergencia delincuencial.
“Junto a narcotraficantes, grupos delictivos organizados y otros actores criminales y milicianos, hay patrocinadores políticos y económicos que facilitan y financian actividades ilegales. También participan intermediarios, reparadores y consignatarios”, dice el reporte.