Muchos en Argentina la consideraban el emblema de la lucha por los derechos humanos. Otros la cuestionaban por haberse convertido en una figura divisiva que alentaba la violencia y la polarización política.
Lo cierto es que Hebe de Bonafini, quien falleció ayer en la provincia de Buenos Aires a los 93 años de edad, será por siempre recordada como la líder histórica de las Madres de Plaza de Mayo, la asociación de mujeres que se enfrentó al gobierno militar durante los años de plomo de Argentina, entre mediados de las décadas de 1970 y 1980.
«Con mucho dolor informamos que hoy (domingo) a las 9.20 falleció Hebe de Bonafini. Agradecemos enormemente las demostraciones de amor, acompañamiento y preocupación que en estos días de internación en el Hospital Italiano de la ciudad de La Plata, como en toda su trayectoria militante, ha recibido mi madre.», dice un comunicado de la familia recogido por medios argentinos.
Con sus característicos pañuelos blancos cubriéndoles el pelo, las Madres de Plaza de Mayo se hicieron famosas en todo el mundo por su valiente reclamo por la aparición de sus hijos, que habían sido secuestrados y en muchos casos «desaparecidos» por el régimen militar. Hebe María Pastor de Bonafini había sido una simple ama de casa hasta que en 1977, con casi 50 años, comenzó su activismo político junto con el pequeño grupo de mujeres que luego formarían una de las organizaciones de derechos humanos más reconocidas de Argentina.