En un contexto donde los bancos centrales de los países desarrollados buscan fortalecer sus reservas de oro, Bolivia parece ir en la dirección opuesta. Mientras el metal precioso es considerado un activo clave para la estabilidad económica, Bolivia ha optado por vender una parte significativa de sus reservas de oro. Esta medida ha generado diversas reacciones, especialmente por su potencial impacto en la economía nacional y en la confianza internacional hacia el país.
¿Por Qué Bolivia Vende Su Oro?
El presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero, ha señalado que Bolivia es uno de los pocos países en el mundo que está vendiendo sus reservas de oro. Según datos del Consejo Mundial del Oro (World Gold Council), la tendencia global es acumular este metal, pues se le considera un activo estratégico que puede amortiguar los efectos de crisis externas.
“Nuestras reservas de oro son como un rompeolas ante shocks externos, especialmente en el contexto de crisis económica y política,” señaló Romero. “El Banco Central de Bolivia (BCB) debería tratar estas reservas como un recurso estratégico, especialmente en tiempos de incertidumbre.”
Consecuencias de Reducir las Reservas de Oro
El oro ha sido históricamente un activo de confianza, superando en estabilidad incluso a las principales divisas. En los mercados internacionales, su valor tiene una tendencia a aumentar, lo cual lo convierte en una reserva ideal para garantizar la estabilidad económica. Al reducir las reservas de oro, Bolivia podría estar enviando señales de desconfianza e incertidumbre hacia la comunidad internacional.
Esta desconfianza ya ha sido notada por organismos internacionales de financiamiento y calificadoras de riesgo, que observan con preocupación el deterioro de las Reservas Internacionales Netas (RIN) y el continuo gasto de los recursos en oro. La reducción en las reservas podría traducirse en créditos externos más caros, menos inversión, y un crecimiento económico más lento.
La Ley 1503 y el Descenso en las Reservas
En mayo de 2023, Bolivia contaba con 42,50 toneladas de oro en sus reservas. Sin embargo, desde la implementación de la Ley 1503 –que permite la venta de oro para financiar el gasto gubernamental–, el país ha vendido aproximadamente 32,97 toneladas, mientras que solo ha comprado 14,92 toneladas de oro fino del mercado interno, lo cual representa apenas un 0,45% de lo vendido.
Para agosto de 2024, las reservas de oro de Bolivia se habían reducido a 22,37 toneladas, lo que significa una caída del 47% en solo un año. Los informes del Banco Central de Bolivia indican que las ventas de oro se destinaron principalmente a financiar el gasto corriente del gobierno, como el pago de la deuda externa y la compra de carburantes.
¿Cuál es el Futuro Económico de Bolivia?
Este panorama abre el debate sobre el uso de las reservas de oro. Para algunos economistas, venderlas en tiempos de crisis podría debilitar la posición económica de Bolivia y afectar su calificación internacional. Para otros, podría ser una medida necesaria ante la necesidad urgente de recursos para cubrir el gasto estatal.
Conclusión
La decisión de Bolivia de vender sus reservas de oro plantea un dilema sobre la administración de los recursos estratégicos del país. ¿Deberían las reservas de oro destinarse a cubrir gastos inmediatos, o preservarse como un respaldo para la economía en el largo plazo? La respuesta a esta pregunta podría determinar el futuro económico de Bolivia.