Meloni cumple un año en el poder con el mismo apoyo social

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  • La líder de Hermanos de Italia ganó las elecciones generales hace un año en Italia
  • Era la primera vez que un partido con un pasado postfascista llegaba a dirigir el Consejo de Ministros
  • La primera ministra ha fijado su mayor objetivo en obtener una buena reputación internacional
  • La noche del 25 de septiembre de 2022 Giorgia Meloni salió a celebrar una victoria que llevaba tiempo cocinándose a fuego lento. La líder de Hermanos de Italia, el primer partido con un origen postfascista que llegaba a la primera línea política, se convertía en primera ministra tras un Gobierno dirigido por Mario Draghi donde había sido la única fuerza política en quedarse fuera de la coalición. Su incendiaria oposición la premió con el 26% de los votos y pocos días después formó Gobierno definitivamente con sus dos socios de derechas, la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi. Presentándose ante los italianos en su primer discurso ante las Cámaras se denominó una “underdog”, una persona que, contra todo pronóstico, consigue llegar, consigue ganar. Y desde esa posición y tras meses de críticas de la prensa de medio mundo, que alertaba de los resultados fatalistas de la presencia de Meloni al frente del Gobierno italiano, se propuso el objetivo de cambiar la percepción que de ella tenían de puertas para fuera.
  • De hecho su primera visita fue a Bruselas, para mostrar una postura dialogante con la Unión Europea, a la que tantas veces había criticado en casi todo en su rol de líder de la oposición. Postura que mantiene hasta hoy, donde la crisis migratoria, un año después, se presenta como el reto más difícil de afrontar para la líder italiana. Pero Meloni mantiene una posición blanda con Europa, a la que sabe que necesita para gestionar el fenómeno, y en la que aún confía para afrontar la inmigración ilegal. Y no solo eso. Los fondos europeos de recuperación son una pieza fundamental para Italia, que es el primer beneficiario del plan europeo. Meloni decide cambiar su estrategia y no ir contra la Unión Europea, sino posicionarse como una líder nacionalista en Bruselas, especialmente de cara al 2024, año electoral.
  • La guerra en Ucrania se convierte en el gran marco internacional que acompaña a la primera ministra italiana en su primer año en el Gobierno. La postura atlantista y la OTAN le sirven para encajar sin muchos problemas en la escena internacional. Cumple con los puntos más importantes: en febrero visita Kiev y en julio viaja a la Casa Blanca para encontrarse con Joe Biden. Pero la agenda internacional pasa por la India, donde en marzo se encontró con el primer ministro Narendra Modi o por París, cuando en junio se vio al presidente Macron en el Elíseo. En general visitas donde intentaba obtener el reconocimiento internacional y donde buscaba deshacer el mito que una política tan extremista como ella podía comprometer el futuro de Italia. Así lo explica Marco Valbruzzi, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Federico II de Nápoles: “Ha sido un año en el que ha intentado afirmarse a nivel internacional y también nacional”. 
  • Giorgia Meloni se mimetiza, mantiene el equilibrio entre su lado más extremista y su nuevo perfil institucional. Lo hace cuando vuelve como primera ministra a la campaña electoral de VOX para las generales españolas del pasado mes de julio o cuando visita a su amigo Viktor Orban en Budapest para hablar de “patria, Dios y familia”. Desde allí lanza su más profundo discurso ideológico de derechas, defiende que los valores tradicionales están en peligro, bajo ataque, lanza de nuevo sus fórmulas para resolver el problema demográfico en Italia. “Este tema muchas veces se contrapone de manera instrumental al de la inmigración, se pretende que puedan contribuir a nuestra sociedad con algo que nosotros no podemos darle. No estoy de acuerdo con esta narración”, vuelve a la contraposición étnica. Pocos días después recibe a Ursula Von der Leyen en Lampedusa, rebaja su discurso y construye un mensaje de diálogo europeo. 
  • La política interna y su círculo de confianza
  • En política interna influye la imposibilidad de llevar a cabo muchas de sus promesas electorales, al menos en el corto plazo. La gestión migratoria es, quizás, el ejemplo más claro. Giorgia Meloni lanza varios decretos antinmigración, como el que dificulta las actividades de salvamento de las Ong o, uno de los más recientes, en el que anuncia la creación de numerosos centros de repatriación para migrantes. Pero, aún así, los datos demuestran que este ha sido uno de los peores en el flujo de desembarcos de los últimos diez años. Desde que la primera ministra llegó al poder son más de 160.000 migrantes los que han llegado a las costas italianas, no se veían cifras tan altas desde 2015 y 2016. Sus acuerdos con países como Túnez junto a la UE, han sido, por ahora, inútiles.
  • “Además de algunos decretos de corte ideológico como el primer decreto contra las raves o las redadas anunciadas en el barrio napolitano donde fueron abusadas dos menores este verano, este ha sido un año de pocas decisiones políticas y económicas”, explica Marco Valbruzzi. Ha sido el primer curso de Giorgia Meloni en Palazzo Chigi y ha sido más una transición que un primer año de Gobierno. “Había heredado las principales medidas económicas de Draghi y el PNRR había sido diseñado casi por completo”, explica. La medida con más trascendencia ha sido la suspensión de la Renta Ciudadana que evoluciona hasta desaparecer por completo al final de este 2023 y que ya ha generado protestas, especialmente en Nápoles y Roma. 
  • En su relación con la prensa, como ya explicó en su primer libro “Io sono Giorgia” (Yo soy Giorgia), existe una gran desconfianza. Ha evitado las ruedas de prensa y las preguntas de los periodistas, en más de una ocasión ha salido rápidamente diciendo que no llegaba al siguiente compromiso. La misma desconfianza que ha tenido con su clase dirigente, tanto es así, que especialmente según pasaban los meses ha comenzado a estrechar cada vez más su círculo de confianza. De hecho, además de su cuñado que fue nombrado ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, ahora la hermana de Meloni, Arianna, ha sido nombrada secretaria política de Hermanos de Italia y deberá gestionar los ingresos en el partido y elegir quién puede ser candidato y quién no. “Ha elegido centralizar el poder, pero esto es un límite para ella y para el partido, porque así es muy difícil gestionar una gran potencia como Italia”, dice el experto.
  • El verdadero año para Giorgia Meloni comienza ahora, en este otoño con una gran deuda pública y con unos tipos de interés que crecen, además de varios compromisos a nivel internacional. “Hasta ahora la premier ha vivido pocas pruebas con el electorado y a nivel local y regional ha salido bien parada. Pero las elecciones europeas de 2024 serán claves para saber si su propuesta de crear un mayor consenso llevando al grupo de Conservadores junto al Partido Popular Europeo y afirmando un centro derecha en la UE puede funcionar. Sino se verá ante una de sus decisiones más complejas: apoyar o no a un Gobierno europeo que no es el suyo”, finaliza el Valbruzzi. 

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