Marruecos y Croacia no se hicieron daño

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El talento y la influencia de Luka Modric no bastó para doblegar a Marruecos (0-0), el primer adversario en Qatar 2022 del subcampeón del mundo, que mantuvo el tipo con solvencia y que mostró más ambición que Croacia en el tramo final para lograr el triunfo.

Le fue bien así a Croacia en Moscú. Los cálculos le salieron. Nadie empató más partidos que el cuadro balcánico que resolvió sus eliminatorias en la prórroga o en los penales. Aunque en Qatar es distinto. Carece de alguno de aquellos integrantes de ese excelente grupo y los que quedan tienen cuatro años más.

Es el caso de Modric, el faro croata. Elegido el mejor jugador del encuentro, fue de más a menos el jugador del Real Madrid que dio luz ocasionalmente a su equipo. Pero no fue suficiente. El resto no siguió sus momentos de lucidez. No hubo respuesta. Y se apagó paulatinamente, con el paso de los minutos, ante un rival que crecía cada vez con más convicción.

No tomó un rumbo definido un partido que se le escapaba del control a Croacia, incómoda al inicio sobre todo y sometida al barullo que proponía Marruecos. Era más cosa de errores que de aciertos. Luka Modric no lograba dar continuidad al ritmo y su rival ejercía una presión incómoda para el subcampeón del Mundo.

Ya no es una sorpresa el cuadro de Zlatko Vladic que ya ofreció su máxima expresión hace cuatro años en Rusia. Ya no va de tapado el combinado balcánico que ahora anda metido en una paulatina renovación, que busca talentos del nivel de los que la destacaron en su época dorada. Siguen algunos aún, especialmente Modric, necesita otros para establecer el engranaje adecuado.

Marruecos, ahora ya con futbolistas reputados que se ganan la vida en clubes de las grandes ligas, pretendía hacer de la anarquía, virtud. Y complicó a Croacia, de talento e inspiración pero con más método.

Fue Achraf Hakimi, el que más proyección tiene entre los ‘Leones del Atlas’, el que más complicó al subcampeón al principio. Le costó a Borna Sosa tomar la medida al futbolista del París Saint Germain que tuvo un par de acercamientos, advertencias.

A excepción de un tiro de Ivan Perisic, lejano, con Bono descolocado, propiciado por un fallo en la entrega de Selim Amallah, no hubo noticias en las porterías hasta el tramo final de la primera parte.

De hecho, el meta del Sevilla salvó a Marruecos cuando Nikola Vlasic llegó a un centro de Sosa desde la izquierda. Y justo después, Luka Modric recogió un rechace en la media luna, con Bono en el suelo, que rozó el larguero.

Mucho más activo estuvo el arranque tras el intermedio. Noussair Mazraoui, de cabeza, cabeceó en el área pequeña y obligó a Dominik Livakovic a intervenir por primera vez. La acción sacó del partido al defensor del Bayern Múnich que quedó lesionado.

La tuvo Achraf en un golpe franco, preciso. No se complicó Livakovic y puso los puños para quitarse el balón de encima. Marruecos se había animado, Croacia no tenía el control.

Walid Regragui recurrió a Ez Abde, el futbolista del Osasuna, para hacer más vertical a Marruecos. Más velocidad, más madera.

Buscó con más empeño un premio mayor Marruecos y Croacia empezó a asumir el valor del empate. No desdeño el punto el combinado de Dalic que emplazó una situación mejor para los compromisos posteriores frente Canadá y Bélgica.

 

 


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