Maltrato infantil: Golpes que duelen por toda la vida

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La Defensoría de la Niñez atendió 91 denuncias de maltrato físico en lo que va del año. Alertan que muchos niños no están seguros ni en su propio hogar y que algunos cuidadores actúan con la intención de hacer daño

El lugar donde debía recibir amor y crecer con protección fue un infierno para un niño de 8 años, cuya madre lo dejaba bajo el cuidado de su padrastro, pero en ausencia de la mamá el pequeño recibía golpes y maltratos. Lo más grave de este caso es que la joven mujer no escuchaba los pedidos de auxilio de su hijo y, cuando el niño fue rescatado, incluso ella se mostró a favor de su pareja.

El clamor del niño que se animó a contar el maltrato a sus familiares más cercanos llevó a las autoridades a intervenir y en el momento del rescate fue encontrado con lesiones recientes y antiguas en su cuerpecito, pero además presentaba bajo peso y desnutrición.
Es posible que las marcas en el cuerpo desaparezcan, pero el dolor por los golpes recibidos durará para toda la vida.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que en el mundo tres de cada cuatro niños, de entre 2 y 4 años de edad, es decir, unos 300 millones sufren con regularidad castigos corporales o violencia psicológica de la mano de padres o cuidadores.

Otro drama es el de una niña de siete años de edad que quedó al cuidado de su padrastro, quien aparentemente la tuvo bajo su responsabilidad desde que tenía cuatro meses de nacida. La niña no contaba con documentación, ni siquiera un certificado de nacimiento. La menor tenía a su padre biológico, pero la madre inscribió el certificado de nacido vivo y el de vacuna con el nombre de la persona con la que convivió durante su gestación, pero finalmente la dejó con el hombre que la golpeó.

Cuando llegó a la Defensoría de la Niñez la infante no tenía ni un solo espacio en la espalda sin lesiones, además de las extremidades superiores e inferiores. Conocieron este caso por el reporte del colegio donde asistía la menor.
La niña permanece en un hogar porque no supo dar reporte de sus familiares cercanos, solo pudieron conocer a uno de ellos que dijo que no podía hacerse cargo y la mamá, que radica en Chile, respondió que recién podía venir al país después de 90 días.

“Al ser evidentes las lesiones que sufrió de parte del padrastro y de su nueva pareja, procedimos a hacer la denuncia de oficio y esa misma noche se logró arrestar a los denunciados que ya tenían sus maletas listas para darse a la fuga. Fue oportuna la intervención y afortunadamente pudimos coordinar bien con la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia (Felcv) para llegar a tiempo. Por el momento, el padrastro está con detención preventiva, mientras que su pareja recibió medidas sustitutivas porque tenía un bebé”, relató Fabiola Medina, trabajadora social de la Defensoría.

La niña fue sometida a una revisión médica que determinó que estaba con anemia y también presentó lesiones antiguas y nuevas. Las marcas eran por golpes con cinturón y con cable.

Hace poco un papá intentó asfixiar a una bebé que llegó al hospital toda morada y alegaban que se había caído. Ahora la niña está bien, pero esperan que a futuro no tenga lesiones. Este caso está en conciliación con el juez para ver si la menor se quedará con la familia ampliada, porque los padres son drogodependientes.

También hay casos que, además de la violencia física, acompaña la negligencia total de los padres, como sucedió con cuatro niños, de 6, 4 y 2 años, y otro de dos meses, que eran dejados solos encerrados en casa. La niña de seis años hacía de mamá de los más chicos y los vecinos le pasaban la comida en bolsitas por la reja.
En el momento en que la Defensoría intervino, los niños fueron encontrados con cuadros graves de desnutrición y tenían lesiones antiguas por golpes que se hacían al estar solos y, además, la bebé estaba con bronquiolitis.

Los pequeños tampoco tenían certificados de nacimiento, por lo que lo primero que se hizo fue llevarlos a que reciban una atención integral y a restituirles su derecho a la identidad. Ahora están en un hogar de acogida, donde reciben la asistencia necesaria y los mayores están yendo a la escuela, mientras que la Defensoría de la Niñez alista un proceso de extinción de la autoridad de los padres porque en la investigación se demostró la negligencia.

Las autoridades alertan que los casos de maltrato infantil están en aumento en el país y llama la atención que cada vez se ejerce mayor violencia contra ellos. Pareciera que algunos padres y cuidadores actúan con la intención de hacerles daño. Solo en el municipio capitalino, la Defensoría de la Niñez atendió en lo que va del año 91 casos de maltrato físico a menores de edad, sin contar otras agresiones, como violencia sexual, explotación, y trata y tráfico.

La cifra en estos cuatro meses equivale al 33% de los casos atendidos en la gestión pasada, cuando se registraron 275 casos.
Hay niños que llegan a perder la vida en manos de sus cuidadores, como sucedió con uno de seis meses que la madre lo llevó a un centro indicando que se había caído, siendo que era el padrastro quien lo golpeó. En este caso se pudo determinar que el hombre golpeaba al bebé en la pared, porque en la autopsia se evidenció que el cerebro estaba desecho y tenía sangre coagulada, lo que mostró que las agresiones eran repetidas y la madre lo encubría. En lo que va del año, la Defensoría tiene registrado como cinco infanticidios.

Las agresiones
La mayoría de los abusos ocurren en el entorno familiar, principalmente en el seno de familias desintegradas, donde los agresores son los padrastros, pero también se están dando casos, donde son los propios padres los agresores. Además, se han recibido denuncias desde guarderías, que se conocieron públicamente a través de redes sociales.

El jefe de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, Alexander Salazar, manifiesta que venimos de una cultura en la que la corrección es parte de la crianza, pero se está viendo que ahora hay padres que incurren en el castigo extremo y pareciera que actúan con la intención de hacer daño.

En los más vulnerables descargan sus frustra
ciones y el estrés que tienen en el trabajo, en la calle o por las mismas labores de casa y la falta de empleo. Además, está el consumo de bebidas alcohólicas y los cuadros de ansiedad relacionados con la pobreza.
No hay diferencias entre estratos sociales, posición económica ni formación, pues se dan casos tanto en familias acomodadas como de escasos recursos.

Sin embargo, los datos muestran que hay distritos que concentran una mayor cantidad de denuncias de todo tipo de violencia. De acuerdo con las denuncias recibidas por la Defensoría de la Niñez en lo que va del año, 550 son del Plan Tres Mil (D-8), 499 de Los Lotes (D-12), 220 de la Pampa de la Isla (D-6) y 177 de la Villa Primero de Mayo (D-7). La cifra va en descenso en los demás distritos, pero estas engloban todo tipo de denuncias (asistencia familiar, problema de guarda, abandono y negligencia, entre otros).

La mayoría de los casos que son de conocimiento de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia llegan a través de la línea gratuita 156 y, desde allí, son derivados a los equipos de profesionales de la institución de los distritos, toda vez que los servicios han sido descentralizados.
La abogada de la Defensoría de la Niñez de La Guardia, Ana Rojas, coincide que por lo general los agresores están en entorno familiar y los casos se dan en familias disfuncionales, donde se deja al niño al cuidado de una madrastra o padrastro.También se están dando maltratos en las escuelas, donde los profesores se convierten en los agresores y la justicia empieza a aplicar la ley. En una comunidad del municipio de La Guardia se sigue un caso a dos profesoras por maltrato.

Indicó que este año también han recibido muchas denuncias de ciberbullying, pero han llegado pocas de violencia física en ese municipio.

Prevención
El jefe de la Defensoría de la Niñez del municipio capitalino señala que como institución encargada de velar por el bienestar de la niñez, están llegando con capacitación y charlas de orientación a las unidades educativas dirigidas a los niños, padres de familia, juntas vecinales y maestros para que hagan las denuncias.

“Creemos que esto está dando resultado porque la población ya sabe que puede denunciar a la línea 156 y nosotros estamos ahí para atender estos casos”, indica.
Salazar reflexionó que los papás tal vez están olvidando cuáles son sus responsabilidades y delegan eso a los profesores o algunos cuidadores. “El trabajo primordial, la responsabilidad es de ellos, por eso los casos de padres negligentes han aumentado”, indicó.

“Lamentablemente tenemos muchos adolescentes con problemas de conducta, pero eso arrastra de un antecedente, de un descuido de los padres, de un ausentismo y de la negligencia de los papás que no están presentes en la vida de sus hijos. Son sus padres, viven juntos, pero no están presentes para guiarlos, para cuidarlos, para darles cariño y orientación”, reflexionó Medina.
Otra de los problemas que contribuyen a la violencia es la falta de valores en el hogar, para que las personas tengan una convivencia en el marco del respeto.

 


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