Los pasillos de casas que atraviesan Bolivia y Argentina siguen funcionando a pesar de que el comercio descendió.
En las fronteras con Argentina la situación no es la mejor para la población. Los precios de los productos argentinos que ingresan de contrabando subieron al menos un 50%, pero aun así el paso ilegal de esta mercadería se sigue realizando de diversas formas. La más llamativa y que no se puede erradicar es por los pasillos de casas que tienen salidas y entradas en los dos países.
Son casas camufladas, con pasillos secretos hacia Argentina que siguen siendo desde hace años el puente del contrabando en Bolivia. En el municipio tarijeño de Yacuiba, estas viviendas figuran ante el público como alojamientos, hostales y estacionamientos; sin embargo, son el punto de ingreso y salida de personas de forma ilegal, además de permitir el paso de enormes cantidades de mercadería sin autorización. Los propietarios cobran por el “servicio” entre dos y cinco bolivianos.
Por estos pasillos la gente va de Argentina a Bolivia sin ningún control, realizando trabajo de contrabando hormiga, transportando pequeñas cantidades de mercadería que, en el lado bolivianos, se van acumulando. Estas casas permiten el traslado de un país a otro todos los días de la semana. Al dueño de casa se cancela entre dos a cinco bolivianos, dependiendo de la cantidad de productos que se transportan.
Contrabando afectado
El contrabando se vio afectado por la subida de precios de la mercadería argentina. En las ciudades fronterizas de Argentina se encarecieron los productos alimenticios como consecuencia del tipo de cambio y las recientes medidas que asumió el gobierno de Javier Milei. La internación de mercadería al país se redujo considerablemente por las alzas entre un 20% en la frontera Villazón-La Quiaca y 50% en Yacuiba-Salvador Mazza.
El secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores Gremiales de Villazón, Wilson Gutiérrez, dijo a EL DEBER que tras las medidas dictadas por el gobierno argentino, se incrementaron en un 20% los precios de productos comestibles, como harina, arroz y aceite.
Yacuiba es uno de los pasos más vulnerables al contrabando, con al menos una treintena de puntos ilegales y sólo uno legal. De ese municipio se distribuye la mercadería argentina a otros centros urbanos, como Santa Cruz de la Sierra.