En el terreno de la geopolítica, Washington puede recurrir a tretas y engaños para defender y promover sus intereses incluso a costa de otras naciones, aseguró el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, durante su visita a Venezuela, uno de los países más sancionados por la Casa Blanca.
Antes de reunirse en el Palacio de Miraflores con el mandatario venezolano Nicolás Maduro, el canciller ruso se pronunció sobre las sanciones económicas que Estados Unidos ha impuesto a Caracas, y las cuales comenzaron a aliviarse el año pasado, cuando Washington permitió a la petrolera Chevron comerciar petróleo con la estatal venezolana PDVSA, a raíz de las sanciones occidentales contra Moscú, que provocaron un alza global en los precios de los combustibles.
«Quiero subrayar que todo el mundo es muy consciente de que Estados Unidos puede hacer trampa en cualquier momento y mucho más a menudo que cumplir sus propias promesas y sus propias propuestas», declaró Lavrov luego de que la prensa lo cuestionara sobre la posibilidad de que el país gobernado por Joe Biden levante todas las sanciones contra Venezuela.
Al respecto, Serguéi Lavrov reiteró que Moscú apoya al país latinoamericano y abogó por que sea únicamente el Gobierno venezolano quien decida cómo administrar su riqueza y distribuir sus recursos ante la presión de Washington.
«Por eso respaldamos sin reservas la posición de nuestros amigos venezolanos: es su país, son sus hidrocarburos, es su economía la que está sometida a las sanciones ilegales más fuertes. Deben decidir por sí mismos cómo seguir trabajando, cómo seguir desarrollando su Estado», dijo el ministro ruso.
Al llegar a Venezuela, Lavrov se comprometió a que el Kremlin hará todo lo posible para que «la economía de Venezuela dependa cada vez menos de los caprichos y los juegos geopolíticos de Estados Unidos o de cualquier otro actor del campo occidental».
Por su parte, el canciller venezolano, Yván Gil, destacó los más de 300 acuerdos que existen entre Venezuela y Rusia y anunció que ambos países trabajarían para reforzar su cooperación en distintas ramas.
«Una cooperación bilateral que aborda la energía, la agricultura, la espacial, la educación, transporte, de cooperación técnica y militar, entre otros», destacó.
Según cifras oficiales de las autoridades venezolanas, el país ha sido sometido desde marzo de 2015 a 929 medidas coercitivas unilaterales.