La historia ha cambiado de colores.

En los últimos días, el panorama es distinto, y las concentraciones públicas y políticas a las que asiste el mandatario tienen otro matiz.

Wiphalas, pancartas, la imagen del Presidente y la tricolor. Incluso la bandera de la reivindicación marítima, que también es azul.

Esa imagen fue perceptible el 1 de mayo, en el Día Internacional del Trabajo. Desde el inicio de la marcha liderada por Arce y el secretario ejecutivo de la COB, Juan Carlos Huarachi, y otros dirigentes, ondearon banderas rojas (con la insignia de la COB) y blancas, además de wiphalas.

Actos de Arce

El ambiente no se había pintado de azul, blanco y negro como en tantas ocasiones anteriores.

La situación no cambió en la celebración de la Federación Única de Trabajadores de Pueblos Originarios de Chuquisaca (FUTPOCH), el 5 de mayo en Sucre.

El coliseo de la concentración pública estaba pintado de rojo de los ponchos de Tarabuco, salvo los colores de la bandera masista en los globos de la testera.

En Presto, ese mismo día en ese departamento, tampoco se ondeaba el emblema del MAS. Ni el día previo en La Paz, cuando Arce y el vicepresidente David Choquehuanca entregaron una sede a las federaciones de Mujeres Campesinas “Bartolina Sisa” y de  de Campesinos “Túpac Katari”.

Ni en sus redes sociales el mandatario muestra ahora imágenes que destaquen la bandera o la sigla del MAS. El último registro de colores azul, blanco y negro data del 27 de marzo, cuando Arce destacó que el MAS “es la síntesis de todos los procesos revolucionarios que vivió el país”.

Desde septiembre de 2022, cuando Morales denunció que es víctima de un “plan negro” desde el Gobierno, el MAS sufre fuertes divergencias, al punto de dividirse en facciones “evistas” y “arcistas”.

La situación tiene consecuencias en la bancada del MAS en la Asamblea Legislativa. Con creces sancionó la Ley de Compra de Oro Destinado al Fortalecimiento de las Reservas Internacionales y está estancada en la consideración de otras leyes.

Además, de los constantes cruces verbales y acusaciones de “traición” y corrupción, como las recurrentes apariciones de los exministros Carlos Romero y Teresa Morales, cercanos a Morales, en sus denuncias contra YPFB por la compra de diésel.

Morales

El mismo Morales mantiene impasses con los ministros de Justicia, Iván Lima; de Gobierno, Eduardo del Castillo; Édgar Montaño de Obras Públicas,; de Economía, Marcelo Montenegro, y de la Presidencia, María Nela Prada. Incluso, de cara a Arce, cuestionó su presunta condición de ministros “ortodoxos” y “neoliberales”.

El 2 de abril, el expresidente fue más evidente cuando aclaró que “el MAS no está en el Gobierno”. En un tuit develó que cuando Arce y Choquehuanca ganaron las elecciones de 2020 con el 55,1% de los votos, sugirió al presidente preparar “su gabinete con personas que le respondan a él’.

“No pedí ningún cargo, nada”, dijo Morales, quien había insinuado antes que Arce tomó banderas rojas, del Partido Socialista 1 (PS-1). Hasta le dio la “bienvenida” al MAS cuando, el 20 de marzo, afirmó que al Presidente “no le ha ido muy bien” en el PS-1 “después de dos años” de estar allí.

En sus discursos, Arce solía arengar por el MAS e invocar el “proceso de cambio”. La noche del lunes, cuando emitió un informe grabado por sus dos años y medio en el poder, el mandatario no se refirió a ese proceso ni al MAS, menos al expresidente Morales.

Esa actitud incluso molestó al senador Leonardo Loza, cercano a Morales, quien al día siguiente le reclamó dichas omisiones, en declaraciones a la prensa.

Sin embargo, Arce no deja de saludar a la militancia del MAS en los actos y proclamar la fuerza del Estado Plurinacional. Así se los escuchó en los últimos mitines.