El 37 % de los brasileños consideran el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva «óptimo o bueno», tras los primeros cinco meses en el poder, según un sondeo divulgado este sábado por el instituto Datafolha.
El porcentaje de aprobación se mantiene estable frente a la anterior encuesta realizada a finales de marzo, cuando alcanzó el 38 %, y es similar al de otras pesquisas realizadas en meses pasados.
Según este nuevo sondeo de Datafolha, un 33 % califica la gestión del mandatario progresista de «regular» y otro 27 % la tilda de «pésima». Otro 3 % no opinó al respecto.
Los resultados se obtuvieron a partir de entrevistas presenciales a 2.010 personas en 112 municipios de Brasil entre el 12 y el 14 junio, y tienen un margen de error de 2 puntos.
Lula asumió la Presidencia de Brasil el 1 de enero pasado después de imponerse en la reñida segunda vuelta de las elecciones de octubre de 2022 al entonces jefe de Estado Jair Bolsonaro, que perdió la reelección por menos de 2 puntos de diferencia.
El líder progresista, que ya gobernó entre 2003 y 2010, se ha propuesto «reconstruir» el país y «hacer volver a sonreír al pueblo brasileño» después de cuatro años de Administración del líder ultraderechista.
En sus primeros meses en la Presidencia rescató programas sociales de sus dos primeros mandatos y que habían sido abandonados por Bolsonaro, e hizo frente a un intento de golpe de Estado por parte de miles de seguidores de su antecesor que destrozaron las sedes de los tres poderes de la Nación para forzar su derrocamiento.
Más recientes son las fricciones que tiene con el Congreso, de mayoría conservadora y clave para que salgan adelante los grandes proyectos del Gobierno, aunque a tenor de la encuesta de Datafolha esas tensiones no han erosionado su imagen en el conjunto del electorado.
En el contexto económico, Lula promovió un cambio en la política de precios de combustibles, lo que ha permitido la bajada de los mismos, aliviando ligeramente la inflación, aunque los altos tipos de interés, hoy en el 13,75 % anual, han desacelerado el crecimiento económico del país y la creación de empleo.