De 2012 a 2022, las operaciones electrónicas crecieron en un 2.605%.
Bolivia se encamina cada vez más al sistema de pagos digitales. Aunque es prácticamente imposible alcanzar una sociedad sin dinero en efectivo, la realidad es que esta práctica aumenta con el paso del tiempo.
Por ejemplo, en los centros urbanos, cada vez menos personas recurren al dinero en efectivo para efectuar sus transacciones, ya sea para el pago de servicios básicos, pensiones o para realizar transferencias de dinero.
Así, ya sea en supermercados, tiendas de ropa, cines, negocios de comida rápida, mercados e incluso negocios pequeños, los pagos o transferencias de dinero a través de medios digitales como el código QR son más comunes y van camino a masificarse.
Como resultado de estas acciones, entre 2012 y 2022 las operaciones procesadas en el sistema de pagos de bajo valor nacional se incrementaron en 2.605%, de 10,7 millones a 289,6 millones, según datos del Banco Central de Bolivia (BCB). (Ver infografía)
En cuanto al valor, el crecimiento durante este periodo (2012- 2022) fue de 341,9%, de Bs 171.721 millones a Bs 771.219 millones.
En ambos casos (operaciones y valor) el crecimiento fue exponencial y muestra una tendencia creciente en el uso de los Instrumentos Electrónicos de Pago (IEP), como las tarjetas plásticas (crédito, débito y prepagada), dispositivos o documentos electrónicos que permiten originar transferencias de fondos, billetera móvil y otras autorizadas por el BCB (tarjetas virtuales, cheques electrónicos o digitales).
Este comportamiento “evidencia la aceptación y confianza que tienen los bolivianos al emplear estos medios de pagos”, afirma el ente emisor en respuesta a un cuestionario enviado por este medio
El BCB señala que el sistema de pagos de bajo valor o minorista, que facilita las transacciones de las personas, ha crecido sustancialmente en la última década en línea con la evolución de la actividad económica y el comercio.
Añade, por otro lado, que el constante avance de la tecnología demandó una alta capacidad de respuesta del sistema financiero y de las infraestructuras del mercado financiero y otros actores relacionados al ecosistema de pagos para impulsar el proceso de transformación digital y la modernización de los esquemas de pago.
En ese marco, indica el BCB, se han introducido innovaciones como el pago con QR y pagos sin contacto que facilitan la utilización de Instrumentos Electrónicos de Pago (IEP) e incentivan el consumo y pago de servicios de forma rápida y segura a través de canales electrónicos.
“Actualmente se cuenta con una infraestructura de pagos fortalecida, integrada, que brinda soluciones a sus clientes y busca constantemente la modernización en un entorno seguro, respaldado por la emisión de un marco normativo integral y actualizado, con lo que se brinda confianza y seguridad a los ciudadanos”, indica el ente emisor.
El BCB señala que, en cumplimiento de su mandato, “continuará promoviendo el desarrollo del sistema de pagos brindando un marco regulatorio sólido, orientado a la seguridad y fluidez de los pagos electrónicos en beneficio de la población”.
El uso del sistema se aceleró con la pandemia
La pandemia por COVID-19 ha intensificado en los últimos tres años el uso de las transacciones electrónicas en lugar de recurrir al dinero en efectivo.
Según el Banco Mundial, la llegada del COVID-19 despertó la necesidad de proveer servicios de manera diferente.
“Un ejemplo es el uso de pagos digitales por parte de los gobiernos para proveer alivio financiero a los grupos más vulnerables. De la misma forma, los propios ciudadanos buscaron maneras de realizar transacciones en formatos seguros para cumplir las reglas de distanciamiento social”, señala el organismo multilateral.
El estudio realizado por el Banco Mundial, publicado en enero de este año, sugiere que algunos adultos se digitalizaron durante la pandemia, pero el alcance de la adopción digital difiere entre las economías regionales.
Aunque la investigación no menciona a Bolivia, LA RAZÓN hizo un sondeo entre las personas adultas y encontró que muy pocas utilizan las transacciones digitales. La mayoría prefiere el sistema tradicional, como acercarse a un banco para pagos de servicios básicos o para el cobro de su pensión.
El organismo multilateral señala que sin bien la digitalización de servicios se amplió en pandemia por razones de seguridad y facilidad, la oferta y calidad de conexión a internet no crecieron al mismo ritmo.