En la ciudad de La Paz, la víctima de violación tiene seis meses de gestación y tiene un grado de discapacidad.
Desde el Colegio Médico de Bolivia aseguran que no es posible practicar una interrupción de embarazo a una menor de 13 años que ya tiene seis meses de gestación tras ser víctima de violación por parte de su progenitor.
El presidente de esta institución, Luis Larrea, considera que interrumpir el embarazo a una gestante de seis meses va contra los principios médicos y sobre todo pone en riesgo la vida de la madre.
“En este momento ya tenemos un ser formado, hay latido cardiaco, todos los órganos están formados y por lo tanto se pone en peligro la vida de la madre como la vida del niño”, explicó Larrea.
Para el especialista, practicar una interrupción de embarazo en una niña de 13 años es riesgoso y este extremo debió ser evaluado en los primeros meses de gestación.
“Si el caso se hubiera hecho conocer con anterioridad quizás se pudo hacer algo, cuando se podía haber hecho una intervención médica”, acotó.
Por su parte, desde la Defensoría de la Niñez de La Paz señalaron que la menor no está apta para someterse en una intervención y que un tribunal de justicia deberá determinar la situación de la adolescente bajo una orientación profesional clínica.
“Hay tiempos que se deben respetar y la niña está con seis meses de gestación y está fuera de plazo de una interrupción. Nosotros no podemos determinar la interrupción de un embarazo”, dijo la secretaria de Desarrollo de la Alcaldía, Amparo Morales.
Entre tanto, la menor se encuentra hospitalizada; sin embargo, los problemas para la víctima aún no terminan, la adolescente tiene un grado de discapacidad y deberá asumir el embarazo provocado por su padre quien ya se encuentra recluido en la cárcel de San Pedro de La Paz.
La familia ampliada de la menor pide a las autoridades de la Defensoría de la Niñez ayudar a la adolescente y llevarla a un centro de acogida. Argumentaron que no cuentan con los recursos económicos para los cuidados y atenciones.