La búsqueda de audífonos que ofrezcan la mejor calidad de sonido puede llevar a los usuarios a considerar diversas especificaciones, como la tecnología de audio, el diseño y hasta la compatibilidad con asistentes de voz. Sin embargo, cuando finalmente tenemos el producto en nuestras manos, no tenemos claridad sobre cómo saber si estamos ante un dispositivo de alta calidad.
Para resolver esa duda, Sean Olive, un experto en audio y música, lleva probando desde hace 35 años un método que cualquiera puede realizar en casa: reproducir la canción “Fast Car” de Tracy Chapman. Esta canción se ha convertido en un estándar en el mundo del audio de alta fidelidad debido a su excepcional calidad de grabación y al rango auditivo que abarca, lo que permite detectar fallos o desequilibrios en los auriculares.
Por qué “Fast Car” es ideal para probar la calidad de audífonos
La elección de “Fast Car” como herramienta de prueba no es casual. En 1988, cuando Sean Olive trabajaba en el Consejo Nacional de Investigación de Canadá, escuchó esta canción recién lanzada en formato CD y, sin saberlo en ese momento, la introdujo como una pista fundamental en los programas de prueba de altavoces y, eventualmente, en los de auriculares de Harman International.
Su percepción inicial sobre la canción fue clara: se trataba de una grabación bien equilibrada que, además, tenía la peculiaridad de reproducir sonidos desde los tonos más graves hasta los más altos. Esta característica la hacía ideal para resaltar las diferencias entre los equipos de audio y, con el tiempo, la canción se consolidó como una referencia en la industria para medir la calidad de los dispositivos de audio.
En palabras de Olive, “Fast Car” permite a los oyentes escuchar con claridad y precisión los defectos de cualquier equipo de audio, como altavoces y auriculares. Las pruebas revelan que esta canción produce una gran discriminación entre productos, lo que significa que los oyentes pueden distinguir fácilmente entre distintas calidades de sonido y, además, formar preferencias claras sobre cuáles equipos ofrecen la mejor experiencia auditiva.
Esta es una canción que destaca por su capacidad para abarcar todo el rango audible para el oído humano, que se sitúa aproximadamente entre los 20 Hz y los 20 kHz. Esto le permite evidenciar fallos en los audífonos, ya sea en los tonos graves, en los agudos o en la claridad de los medios. Según Olive, una de las grandes ventajas de “Fast Car” es que contiene una energía sonora que abarca casi todo el espectro auditivo, algo que solo suelen igualar fuentes de ruido continuo como el ruido rosa, que contiene todas las frecuencias en un equilibrio suave.
Además, al reproducir esta canción, la respuesta de cada frecuencia se mantiene bastante estable, sin picos ni caídas abruptas en su espectro sonoro, lo que permite detectar cualquier resonancia indeseada o limitación de ancho de banda en el dispositivo.
Cómo hacer la prueba en casa
Al escuchar “Fast Car”, Olive recomienda prestar atención a tres elementos clave: los bajos, los platillos y la voz de Tracy Chapman. Cada uno de estos elementos pone a prueba diferentes aspectos de los auriculares y revela la calidad o los posibles defectos en su reproducción sonora.
Los bajos: contundencia y definición
Al inicio de “Fast Car”, es posible escuchar los acordes de bajo, uno de los primeros indicadores de calidad en unos buenos audífonos. En esta sección de la canción, los graves deben sonar con fuerza pero sin perder definición. Olive explica que unos audífonos de buena calidad deben permitir que los bajos se sientan con impacto, sin que se diluyan en un eco o se distorsionen. La profundidad del bajo es esencial, y si tus audífonos ofrecen una experiencia donde puedes sentir el sonido en el pecho sin que este predomine sobre el resto de la pista, entonces tienes un equipo que reproduce con precisión los tonos graves.
Los platillos: claridad en los agudos
A medida que la canción avanza, los platillos de la batería se vuelven audibles, un elemento importante para evaluar los agudos. Según Olive, el brillo y la claridad de los platillos son cruciales para una experiencia sonora equilibrada y de alta fidelidad. Si los audífonos permiten escuchar los platillos sin distorsión o sin que se conviertan en un sonido estridente, entonces sus agudos están bien balanceados. Este detalle es relevante porque una distorsión en los agudos puede hacer que los sonidos altos se perciban incómodos y fatigantes al oído.
La voz de Tracy Chapman: claridad en los medios
Finalmente, la voz de Tracy Chapman es el componente central de la prueba. Debe sonar íntima y clara, como si estuviera cantando directamente para ti. La calidad en la reproducción de la voz de Chapman permite verificar si los audífonos tienen un buen balance en los tonos medios. Olive menciona que si la voz se mezcla en exceso con los instrumentos o suena distante, es una señal de que los auriculares tienen un desequilibrio en los tonos medios. “Fast Car” es fundamental en este aspecto, ya que el equilibrio entre la voz y los instrumentos es un buen indicador de si los medios están bien representados.