Las manzanas no solo son deliciosas, también benefician el hígado y la memoria. Conoce qué variedad elegir y cómo consumirlas para aprovechar al máximo sus propiedades.
Las manzanas no solo son una de las frutas más populares del mundo, también están cargadas de beneficios que van más allá de su sabor. Más allá de ser un snack saludable, investigaciones recientes destacan que consumir manzanas con frecuencia puede tener efectos positivos en el funcionamiento del cerebro y en la limpieza natural del hígado.
¿Por qué se dice que las manzanas ayudan al hígado?
El hígado es un órgano esencial para eliminar toxinas y mantener el equilibrio del cuerpo. Las manzanas, gracias a su alto contenido de pectina, ayudan a arrastrar metales pesados y compuestos dañinos, facilitando su eliminación. El ácido málico contribuye a disolver cálculos biliares y mejorar el flujo de bilis, lo cual favorece la digestión de las grasas y alivia la carga del hígado.
¿Qué efecto tienen en el cerebro y la memoria?
Otro de los puntos fuertes de las manzanas es su capacidad para apoyar la salud cerebral. Gracias a sus antioxidantes, como los flavonoides y los polifenoles, ayudan a proteger las células del cerebro del daño oxidativo, un factor que influye en el deterioro cognitivo y el envejecimiento neuronal.
Varios estudios sugieren que el consumo habitual de manzanas o su jugo podría preservar los niveles de acetilcolina, un neurotransmisor clave en funciones como la memoria y el aprendizaje. La disminución de este compuesto está relacionada con enfermedades como el Alzheimer, por lo que mantenerlo en niveles óptimos puede retrasar la aparición de síntomas neurodegenerativos.
¿Manzanas verdes o rojas?
Aunque todas las variedades de manzana ofrecen beneficios, algunas tienen más ventajas que otras. De acuerdo con especialistas en nutrición, las manzanas rojas suelen contener más vitamina C y antocianinas que las verdes.
Variedades como Boskop, Gravensteiner y Cox Orange destacan por su alto contenido de polifenoles y compuestos vegetales beneficiosos. Otras, como Jonagold y Braeburn, son ricas en taninos, conocidos por sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes.
¿Cómo incluir las manzanas en tu dieta diaria?
Para que las manzanas realmente marquen la diferencia, es importante saber cómo y cuándo consumirlas. Especialistas en nutrición recomiendan:
- Crudas y con cáscara: La piel concentra una gran parte de los antioxidantes y la fibra, por lo que es mejor comerlas sin pelar (lavándolas bien antes).
- En jugo natural: Preparar jugo de manzana en casa, sin azúcar ni aditivos, es una forma rápida de aprovechar sus nutrientes.
- En ayunas: Comer una manzana al despertar puede ayudar al sistema digestivo y mejorar la absorción de sus nutrientes.
- Cocinadas al vapor o al horno: También conservan muchas de sus propiedades, y resultan ideales para personas con digestión delicada.
- En combinación con canela o nueces: Estos ingredientes potencian sus efectos antioxidantes y aportan beneficios adicionales al sistema nervioso.
Incorporar una o dos manzanas al día puede ser una estrategia sencilla para cuidar el cerebro y ayudar a tu cuerpo a eliminar toxinas.