La coca producida en el Vraem, en Sandia y Cojata, localidades que están en los valles peruanos, atraviesa al menos diez rutas para llegar a Bolivia. Esta hoja es utilizada casi en su totalidad para la producción de clorhidrato de cocaína.
La Dirección General de la Hoja de Coca e Industrialización (Digcoin) realiza varios operativos para evitar que la coca peruana ingrese al país. Su director, Darío Manrique, informó que el precio bajo de este producto peruano obliga a que exista contrabando y que sea destinado al mercado negro. El funcionario dijo que se realizan controles permanentes, sobre todo en Desaguadero, municipio fronterizo en La Paz.
“De manera coordinada entre Digcoin y el Viceministerio de (Defensa Social y) Sustancias Contraladas se realizan controles en las carreteras troncales del país, pero también en puntos fronterizos”, destacó Manrique, quien también es dirigente cocalero del Chapare cochabambino.
La autoridad recordó que, a finales del año pasado, se dio un golpe duro al contrabando de coca, cuando en Desaguadero se decomisó 5.500 paquetes de coca procedente del Perú.
En el Viceministerio de Defensa Social existen informes de los municipios que reciben la coca peruana: Desaguadero, Copacabana, Puerto Acosta y Pelechuco, en La Paz; Cobija, Filadelfia y Puerto Gonzalo Moreno, en Pando.
En estos municipios la coca peruana se queda por poco tiempo. Los paquetes ingresan en buses, vehículos y hasta por las lanchas, en la zona del lago Titicaca. Los contrabandistas utilizan vías alternas y omiten los controles.
Estas mafias son grupos de bolivianos y peruanos, que camuflan el producto en bolsas de yute, nailon y cartón, entre otros, con la intención de duplicar ganancias. Sus mejores clientes son los narcotraficantes que están asentados en el trópico de Cochabamba y también en zonas rurales del Beni.
El precio de la coca peruana está por lo menos a la mitad de lo que cuesta la boliviana. A finales de 2021, un taque (50 libras) de la peruana llegó a costar hasta en 600 bolivianos y un taque de coca yungueña se comercializaba en 1.200 bolivianos.
Según datos de la Digcoin, en el mes de mayo de esta gestión el taque de coca de primera en La Paz llegó a costar Bs 1.500, el de segunda Bs 450 y el de tercera Bs 350. En Santa Cruz, el mismo mes, un taque con coca de primera llegó a costar Bs 2.200, de segunda Bs 2.000 y de tercera 1.700.
Precios de la coca
Chuquisaca es la región donde más valor tiene la coca. En mayo un taque de coca de primera costó Bs 3.500, de segunda Bs 2.500 y de tercera Bs 2.000. Mientras que en Cochabamba el precio es el más bajo: un taque de primera costó en mayo Bs 500, de segunda 450 y de tercera 400. Pando es otra región donde la coca tiene precio elevado. Un taque de primera llegó a costar Bs 3.250, de segunda 3.000 y de tercera Bs 2.750.
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, consideró que en Bolivia no es rentable producir pasta base de droga porque el precio de la coca local triplica a la de Perú y es diez veces más que la de Colombia, por lo que, sostuvo, que en Cochabamba, Beni y Santa Cruz hay laboratorios que cristalizan la hoja peruana.
“El precio de la hoja de coca boliviana triplica el precio de Perú y es diez veces más caro que la hoja de coca de Colombia, por tanto, si uno lo ve desde un aspecto económico, no es rentable hacer pasta base dentro del territorio nacional; por tanto, ingresa la pasta base desde el Perú, donde la pasta base, la diferencia es casi tres a uno, ingresa la pasta base a Cochabamba, Beni y Santa Cruz”, afirmó Del Castillo.
En Perú el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vreaem) es la zona principal de producción de la hoja de coca y también de cocaína. Esa coca y pasta base llegan al país por al menos diez rutas a los municipios de La Paz y Pando.
Pero también la coca producida en los valles de la provincia Sandia y el distrito de Cojata, en Perú, llega a territorio nacional. “Para que no pueda ingresar la coca peruana a nuestro país, se han intensificado los controles en las fronteras. También hemos llamado a la conciencia de los comercializadores de la hoja de coca para que no internen a nuestro país la coca peruana”, decía en julio de 2021 el viceministro de Defensa Social, Jaime Mamani.
Juliaca, ciudad peruana ubicada en el departamento de Puno, se convirtió en un centro de abasto de la coca que pasa a Bolivia. Desde ese distrito el producto pasa por Puno, Ilave y llega a Yunguyo, frontera con la población boliviana de Kasani, en Copacabana.
Otra ruta pasa en bote el lago Titicaca a la Isla del Sol y luego a Copacabana. Una tercera transita Juliaca, Puno e Ilave, con destino a Desaguadero en el lado boliviano. En la cuarta ruta la coca llega al municipio de Puerto Acosta desde Juliaca. También a Puerto Acosta llega la quinta ruta, pero esta vez desde la localidad peruana de Moho, donde el contrabando se da por las noches.
Puerto Acosta recibe también la coca peruana desde otras dos rutas. Una octava ruta llega al municipio paceño de Pelechuco.
El departamento de Pando es otro de los objetivos de los grupos bolivianos y peruanos que operan en esta actividad. La primera ruta nace en San Gabán y pasa Puerto Maldonado, en Perú, y arriba a Cobija, en Bolivia. La otra ruta nace en Sandia, cruza el río binacional Tambopata y llega a las poblaciones bolivianas de Palmeras y Miraflores, de los municipios de Filadelfia y Puerto Gonzalo Moreno.
Estos datos están registrados por la Empresa Nacional de la Coca (Enaco), entidad pública peruana dedicada al acopio, comercialización e industrialización de la hoja de coca. Esta empresa vende coca a Estados Unidos para la producción de la gaseosa Coca-Cola.
Al narcotráfico
Al respecto, Dionisio Núñez, exviceministro de Coca y Desarrollo Integral, consideró que el factor precio incita al contrabando de la hoja de coca, ya que los narcotraficantes prefieren traer la hoja desde Perú para elaborar los estupefacientes, a menor precio, y así obtener más réditos.
Franklin Alcaraz, director del Centro Latinoamericano de Investigación Científica (Celin) director del Centro Latinoamericano de Investigación Científica (Celin), detalló que el precio bajo que tiene la coca peruana obliga a que sea trasladada de manera ilegal a países como Bolivia y Colombia, países donde se produce cocaína. Sin embargo, el experto dijo que desconoce informes sobre el paso de este producto al país.
El ministro Del Castillo, ya en la pasada gestión, mostró preocupación por la internación de coca peruana a Bolivia. La autoridad incluso dijo que Evo Morales, líder de los cocaleros del Chapare, lo llamó para expresarle su preocupación por la presencia de coca cultivada en el vecino país.
“Nos comunicó (Evo Morales) que estaba ingresando coca ilegal de Perú y que se necesitaba reforzar los operativos. Emitimos el informe correspondiente y le dijimos que esta es la coca ilegal que hemos decomisado en la presente gestión”, dijo Del Castillo.
En la ciudad de Cochabamba existen mercados que ofrecen coca peruana para el masticado. Muchos vendedores la mezclan con la hoja del Chapare.