La banca registra un incremento en la mora y una caída en depósitos, al primer cuatrimestre de 2023

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Según datos de Asoban, a abril de 2023 los problemas de pago se ubicaron en un 2,7%. El ahorro cayó en 0,8% y la cartera de créditos tuvo un alza del 6,6%. El Gobierno destaca el comportamiento financiero

Los problemas para cumplir con el pago de un crédito bancario se reflejan en el incremento de la mora que registran los bancos en el primer cuatrimestre de 2023. A esto se suma una caída en los depósitos, pero en contrapartida hay un aumento en la cartera de los créditos.

Según los datos de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) con información de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), en abril de 2023 la mora se ubicó en un 2,7%, cuando el mes pasado estaba en un 2,5%. En 2022 la misma había caído hasta el 1,5%, para luego cerrar en 2%.

Roger Mario López, analista económico y docente de Economía de la UPSA, explicó que el índice de mora (o mora, como se la conoce coloquialmente) son todas las operaciones que tienen más de 30 días de incumplimiento en sus pagos como proporción del total de la cartera.

“El comportamiento de la mora tiene una clara tendencia al alza. Esto significa un deterioro en la cartera de créditos sobre el cual debe profundizarse. La mora tiene una relación con la dinámica o crecimiento de la cartera. Cuando la cartera crece en mayor proporción que la mora, el indicador de mora tiende a hacerse más pequeño”, señaló.

Y agregó que luego, cuando las operaciones van madurando, la mora comienza a elevarse. “Si, por ejemplo, los créditos que se dieron durante el año pasado fueron demasiado optimistas, ahora, con un escenario adverso y menor colocación, la mora puede dispararse a niveles difíciles de manejar financiera como operativamente”, alertó López.

Jaime Dunn, analista financiero, considera que, en un contexto de una economía deteriorada, como la boliviana, el Gobierno debe evitar realizar perturbaciones que afecten el desempeño y la confianza hacia el sistema financiero bancario.

Dunn indicó que la mora es un indicador clave para se debe seguir mes a mes, porque refleja la capacidad de pago de las personas y cómo las entidades bancarias buscan la manera de encontrar un equilibrio para cobrar los préstamos, sin que estos entren en mora.

En cuanto a la cartera reprogramada, más propensa a caer en impago, se mantiene en torno al 20% del total de la cartera, señaló López a tiempo de remarcar que: “en años pasados, una operación se reprogramaba cuando el titular indicaba que, por alguna razón quizás coyuntural, no iba a poder hacer frente al pago de sus obligaciones. Caso por caso, las entidades decidían si modificaban el plan de pagos original ya sea reduciendo tasas, alargando plazos o bajando la cuota para evitar que la operación se deteriore en el tiempo. Sin embargo, dado que el cliente actualmente no puede pagar es más riesgoso que lo pueda hacer en el futuro”.

En este sentido, el 30 de mayo de 2023, Reynaldo Yujra, director de la ASFI, mediante la Carta Circular 7151/2023 indicó que las entidades financieras “deben atender y analizar las solicitudes de reprogramación de aquellos prestatarios de sectores que hubieran sido afectados en sus ingresos por factores ajenos al ámbito de sus actividades derivadas de conflictos sociales y externos que inciden en los precios nacionales e internacionales, así como por situaciones coyunturales y eventos climatológicos”.

Sin embargo, para Germán Molina, analista económico, la medida pone en riesgo la estabilidad del sistema, pues ‘maquilla’ y dilata el problema de raíz que es que los prestatarios han visto caer su capacidad de pago, lo que les obliga a elegir entro lo más urgente y en esa elección muchas veces el pago de un préstamo bancario queda en segundo lugar, reflexionó el académico.

Situación del ahorro

Los depósitos alcanzaron, hasta abril, los $us 28.521 millones, registrando un retroceso del 0,8% ($us 227 millones) en relación a doce meses atrás, informaron desde Asoban.

Al respecto, Molina considera que esta caída en los depósitos es una alerta que los bancos deben tomar en cuenta, pues las personas por diferentes motivos han considerado que no es seguro dejar su dinero en los bancos situación que se vio potenciada por los rumores de la modificación del tipo de cambio y la escasez de dólares, aspectos que para el economista explican en parte este retroceso en los depósitos.

Ante la pregunta ¿Cómo han evolucionado los depósitos con el público? López indicó que, de forma general, las obligaciones (depósitos) han seguido creciendo comparando cada mes con el mismo mes del año anterior, pero las tasas son decrecientes.

El analista precisó que, en primer lugar, hay un crecimiento de los depósitos casi todos los años acompañado de una mayor concentración de depósitos a plazo.

“Esto es importante ya que el crecimiento de la colocación está en gran medida limitado a la capacidad que tengan las entidades de intermediación de conseguir recursos para prestar”, hizo notar López.

Además, agregó que, en segundo lugar, y algo que era de esperar, de diciembre de 2022 a marzo de 2023 se han retirado del sistema bancario algo más de $us 1.000 millones.

“Esta es una caída más brusca que la que se sufrió en 2020 cuando se implementaron las medidas de cuarentena rígida. Los bancos tendrán que devolver el dinero con su liquidez, la cual suele ser proporcionalmente menor a los depósitos”, sostuvo.

¿Y los créditos?

En el primer cuatrimestre, la cartera alcanzó a $us 28.580 millones, con un crecimiento del 6,6% en términos interanuales, se observó un aumento en el volumen de $us 1.781 millones, detallaron desde Asoban que considera que las cifras del sector dan cuenta de su fortaleza y solvencia.

Dunn remarcó que evidentemente la cartera sigue creciendo, pero a un ritmo más lento, pues hace unos años atrás “se veía un crecimiento de dos dígitos y ahora es solo de uno”.

Para el analista no es extraño que la banca tenga menor liquidez (dinero) para ofrecer préstamos, debido a la presión que sufrió por el retiro de varios millones de dólares por parte de los ahorristas que buscaron cuidar su capital ante la escasez de dólares y los problemas de liquidez de Banco Fassil, que derivó en una desconfianza en el sistema financiero bancario.

“Entonces, es lógico que el crecimiento sea lento, pues no hay recursos para prestar. Este retiro de dinero de los prestatarios lentamente está regresando a los bancos lo cual demuestra que todavía hay una confianza en el sistema y eso es positivo”, sostuvo.

Sobre la confianza en el desempeño de los bancos tras lo sucedido en Fassil, el economista Wálter Morales, subrayó que, pese a todos los embates, “entre el ruido por los dólares y la intervención de un banco, el sistema se ha mantenido con importante fortaleza”.

“Considero que se debe trabajar mucho en la confianza. Es indudable la afectación. Pero es también claro que la actividad bancaria es un sector resiliente, que viene resistiendo y adaptándose a diferentes dificultades y escenarios. Entre las fortalezas que probablemente me falte mencionar está la capacidad y solvencia profesional de los ejecutivos del sistema en general. Aunque sería importante también que Asoban y las propias entidades se pronuncien sobre la situación a detalle. La información y su adecuada comunicación resultan fundamentales. En otros países se publican análisis propios”, observó Morales.

A su vez, Marcelo Montenegro, ministro de Economía y Finanzas Públicas, destacó el desempeño del sistema financiero haciendo foco en el aumento de la cartera crediticia, principalmente destinado a los sectores productivos del país.

“La solidez del sistema financiero es una muestra de la estabilidad económica de Bolivia. Al mes de marzo, los ahorros en las entidades financieras llegaron a 31.792 millones de dólares, y los créditos mantienen una dinámica creciente con una variación positiva del 8% con respecto a marzo de 2022”, remarcó Montenegro


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