A días del 21 de septiembre, jóvenes cuentan cómo ven el amor y cuál es su cita ideal. Prefieren pasar horas en juegos electrónicos o autos chocadores. Buscan relaciones sinceras y claras desde un inicio.
Kenia está a punto de cumplir 18 años y cuenta que si tuviera que elegir entre una cena romántica a la luz de las velas o una tarde de diversión en los autos chocadores, ella se queda con la segunda opción.
“Cuando una ya tiene pareja, va a los juegos electrónicos para divertirse. Esos son ahora los lugares de encuentro. La relación es más divertida”, dice Kenia, quien no ve un paseo por el Montículo de Sopocachi, sitio tradicional de visita de novios y enamorados en La Paz, como un detalle romántico.
Con una postura similar, Brandón Reyes, de 19 años, dice que ahora la cita ideal es pasar horas en los juegos electrónicos. “A todos nos gusta eso. Si no podemos ir a esos lugares, compartimos juegos que tenemos en los celulares. Mientras jugamos, nos vamos enamorando o conquistando”, comenta.
Al igual que Kenia y Brandón, muchos jóvenes descartan cenas o paseos románticos para salir con su parejas, además no están muy preocupados de regalar o recibir flores, peluches y chocolates el 21 de septiembre, el Día del Amor.
Para Tamara, de 20 años, no es bueno generalizar, tal vez sí existen algunas personas de su edad que esperan o dan esos detalles románticos y demostraciones de afecto, pero en su caso ella prefiere mil veces compartir selfies en pareja o retratos en sus historias en las redes sociales.
Marta, de 19 años, coincide con Tamara y asegura que tiene otra forma de ver el romance porque más allá de esperar rosas o peluches, ella quiere que su pareja comparta una foto en la que aparecen juntos.
¿El preferir una foto juntos en redes sociales o ir a los juegos electrónicos es una señal de la agonía de lo romántico o es el cambio de recursos para expresar el amor entre los jóvenes? Según especialistas, para las generaciones de jóvenes, especialmente entre los Z (los que tienen entre 17 y 25 años), la tecnología es su principal forma de conectar con otras personas, por ejemplo, a través de las aplicaciones móviles y las redes sociales.
Para los jóvenes, estas plataformas virtuales son clave para interactuar con otras personas, para crear vínculos sociales. “(…) Cuando pensamos en la forma en que un joven se enamora en estos días, posiblemente el móvil, la tableta o un ordenador estén involucrados en la ecuación. Las supervivencias de sus relaciones interpersonales dependen fuertemente de poder tener acceso a un mensaje de WhatsApp, interactuar en Instagram o acceder a plataformas de citas”, se lee en el artículo Amor en los tiempos Z: ¿cómo se enamoran las nuevas generaciones?, publicado en el portal www.informavalencia.com.
Según el artículo, el amor se desarrolla ahora en lo digital y por eso algunas acciones cobran fuerza, como compartir contenido constantemente, publicar fotos en las que aparecen juntos o simplemente seleccionar una foto de perfil en la que estén juntos en un sitio especial. “Aunque parezca algo vacío para generaciones anteriores, esto es algo importante y que representa un valor tremendo para las nuevas generaciones, pues es una forma de decir: ‘eres importante’”, añade el texto.
Los jóvenes de la generación Z siguen creyendo en los detalles, pero ahora pueden utilizar las redes y canales virtuales, por eso comparten selfies y retratos de amor en redes, explicó en un artículo de Romy Angelica Díaz Fernández, directora de la carrera de Psicología de la Universidad Privada del Norte (Perú).
“Primero yo”
Gretzel, de 18 años, dice que cree en el amor, pero primero quiere materializar sus sueños. “Tengo muchas metas que quiero cumplir”, asegura y cuenta que por eso le dijo a su enamorado que su relación debería ir con calma y sin apuros.
“Cuando comencé la relación, le dije que debíamos ser honestos y que si le gusta otra, bien. Cada quien puede seguir su propio camino, no voy a rogarle y espero que él tampoco lo haga. Sabemos que esta relación es pasajera porque no es nada estable. Sólo debemos pasarla muy bien”, asegura Gretsel.
Explica que se podría casar después de los 30 años y que a los 35 años le gustaría tener un hijo. “Pero sólo uno, porque la verdad no soy muy paciente con los niños”, comenta.
Monserrat tiene 17 años y está a punto de salir bachiller. Coincide en casi todo con Gretzel. “Quisiera casarme entre los 30 y 40 años”, dice y cuenta que tiene muchas metas por cumplir porque quiere tener una profesión y ser independiente económicamente.
Considera, además, que “sería bueno convivir antes de casarse porque así vería cómo es realmente la otra persona”. “Si no es lo que busco, me puedo alejar a tiempo”, asegura.
Ángel, de 17 años, dice que su prioridad es salir bachiller y seguir una carrera universitaria, pues antes que el amor, él prefiere tener una estabilidad económica. “Quiero ser independiente”, dice. Según los expertos, los jóvenes de hoy anteponen su carrera profesional o su futuro a su relación, además primero prefieren determinar el rumbo que van a seguir y llegar al lugar que consideran correcto. Buscan hacer todo eso antes de decidir quién será su acompañante de vida. Al igual que los jóvenes de la generación Millennials, los Z quieren un amor verdadero, pero manteniendo su independencia. “En ellos el deseo no está influido por la presión social, por el contrario, valoran y defienden el deseo sexual personal. Los modos de amar dan prioridad a la comunicación virtual, así como a compartir gustos o afinidades por ciertos temas”, explica Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo en un artículo de Infobae.
“Hardballing”
“Lo importante es siempre decir la verdad. Si ya no quieres algo con una persona, le tienes que decir y tienes que terminar la relación. Es importante ser sincero”, dice Brando, de 19 años. Explica que él prefiere ser sincero y decir si quiere algo serio o no. “Lo mejor es decirles que mientras nos enamoramos, debemos pasarla bien, caso contrario cortamos”, dice. “Mejor que todo sea de forma sana”.
Esta forma de pensar, según expertos, es muy común en los jóvenes. Se conoce como “hardballing”, una nueva tendencia que promueve la sinceridad desde el comienzo de una relación acerca de si se está buscando algo estable o pasajero. Preferiblemente antes de llegar a verse en persona, para no hacer que nadie pierda su tiempo, según el artículo La generación Z, ¿más sincera a la hora del amor?, publicado en Infobae. “Aquí es donde se marca la principal diferencia con sus predecesores, los Millennials, que parecían optar por el ghosting cuando descubrían que sus intereses no cuadraban con el de la otra persona, después de varias conversaciones infructuosas. Por el contrario, los Z prefieren ir directo desde el primer momento para ahorrarse decepciones y falsas expectativas”, añade.
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