Durante la intervención de las fuerzas de Irán, el petrolero emitió una señal de socorro. Mientras, los militares estadounidenses siguen pendientes del desarrollo de la situación e instan al Gobierno iraní a liberar el buque «inmediatamente», aseverando que esa retención va en contra del derecho internacional y perjudica la seguridad regional.
«El continuo hostigamiento de los buques y la interferencia con los derechos de navegación en aguas regionales por parte de Irán es una amenaza para la seguridad marítima y la economía global», declaró el Comando Central de las Fuerzas Navales de EE.UU., al recordar que en los últimos dos años Teherán retuvo «ilegalmente» al menos cinco naves comerciales que transitaban la zona.
El Ejército de la nación persa ha confirmado la retención del petrolero y ha denunciado que el buque chocó anoche contra un barco iraní en el golfo Pérsico, provocando la desaparición de dos tripulantes y dejando varios lesionados, recoge la agencia IRNA.
La nave acababa de partir de Kuwait y su destino era la ciudad de Houston (Texas, EE.UU.), detallan medios estadounidenses.