El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha acusado este sábado a los países occidentales de hacer un ejercicio de «hipocresía» por criticar la situación de los Derechos Humanos en Qatar con vistas a la celebración del Mundial de Fútbol sin atender a su propio pasado histórico.
«Por las cosas que los europeos han hecho al mundo durante los últimos 3.000 años deberían estar disculpándose otros 3.000 antes de empezar a dar lecciones morales a la gente», ha declarado el presidente de la FIFA en rueda de prensa.
«¿Cuántas compañías de negocios, europeas o extranjeras, que ganan millones, miles de millones gracias a Qatar, han discutido la situación de los derechos de los trabajadores migrantes con las autoridades?. Ninguna, porque cambiar la legislación implica menos beneficios«, se ha preguntado durante la comparecencia.
El presidente abrió la rueda de prensa con un monólogo de casi una hora en el que defendió la celebración del torneo en un país criticado por la represión contra activistas y la comunidad LGBTQ y el maltrato a los trabajadores extranjeros. «Hoy albergo sentimientos muy poderosos. Hoy me siento catarí, me siento árabe, me siento africano, me siento gay, me siento discapacitado, me siento un trabajador migrante«, ha asegurado antes de matizar que se trataba de una expresión de empatía.
«Por supuesto que no soy catarí, árabe, africano, gay, discapacitado o trabajador migrante. Pero me siento como ellos porque sé lo que significa ser discriminado y acosado como extranjero en un país extranjero«, ha indicado.
Antes de la Copa del Mundo, el exinternacional de la selección de fútbol de Qatar Jalid Salman, uno de los varios embajadores del torneo que comenzará este domingo, declaró que ser gay es un «daño mental» en un documental de la cadena pública alemana ZDF.
Para Infantino, «esta lección moral unilateral es solo hipocresía», argumentó, antes de preguntarse «por qué nadie reconoce el progreso logrado» en el país. «No tengo que defender a Qatar, ellos pueden defenderse solos. Defiendo el fútbol. Qatar ha progresado», ha asegurado.
En respuesta, Amnistía Internacional ha condenado las palabras de Infantino, al que le ha recordado el enorme número de víctimas mortales, denunciadas en febrero del año pasado en una investigación de ‘The Guardian’, entre los trabajadores migrantes que han construido contrarreloj los estadios donde se disputarán los encuentros. Las autoridades de Qatar solo han confirmado 37 fallecidos entre esta comunidad y solo tres «laborales».
«Al dejar de lado las críticas legítimas sobre la situación de los Derechos Humanos, Gianni Infantino está desestimando el enorme precio que pagaron los trabajadores inmigrantes para hacer posible su torneo insignia, así como la responsabilidad de la FIFA por ello», lamenta la ONG.
«Las demandas de igualdad, dignidad y compensación no pueden tratarse como una especie de guerra cultural: son Derechos Humanos universales que la FIFA se ha comprometido a respetar en sus propios estatutos», añade la ONG, que recomienda al organismo internacional «si hay un rayo de esperanza», la creación de un fondo de compensación a partir del dinero que recaude la organización.
«Esto no puede ser un mero escaparate. Si la FIFA quiere salvar algo de este torneo, debe anunciar que invertirá una parte significativa de los 6.000 millones de dólares (una cantidad aproximada en euros) que la organización ganará con este torneo y se asegurará de que este fondo se utilice para compensar directamente a los trabajadores y sus familias», concluye Amnistía