El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, planteó en su discurso de investidura acabar con la fracasada “guerra antidrogas” en el mundo.
Gustavo Petro asumió este domingo como primer presidente de izquierda en la historia de Colombia, ante miles de personas. El exsenador de 62 años fue investido por el jefe del Congreso, Roy Barreras, durante una ceremonia en la Plaza de Bolívar,en el centro de Bogotá, a la que asistieron nueve mandatarios y varias delegaciones internacionales.
El nuevo mandatario recibió la banda presidencial y tomó juramento a la ambientalista Francia Márquez como la primera vicepresidenta afro de Colombia. Planteó en su discurso de investidura acabar con la fracasada “guerra antidrogas” en el mundo y pasar a una “política de prevención fuerte del consumo” en los países desarrollados.
«Es hora de una nueva convención internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado”, dijo Gustavo Petro. Además, cuestionó las “cuatro décadas” de persecución antidrogas que ha alentado Estados Unidos.
”La guerra contra las drogas fortaleció las mafias y debilitó los Estados”, apuntó, añadiendo que en ese tiempo un “millón de latinoamericanos” han sido asesinados y 70 000 norteamericanos mueren “por sobredosis cada año”
Petro, que sucedió en el poder al impopular Iván Duque, gobernará por cuatro años un país de 50 millones de habitantes que por primera vez ingresó a la órbita de la izquierda en la región. Para ello, armó un gabinete de diversas tendencias, con las mujeres al frente de varias carteras y la misión de sacar adelante reformas que comenzarán su curso legislativo el lunes.
Sobre unidad en Latinoamérica
El mandatario también aseguró durante su investidura que «la unidad latinoamericana no puede ser una retórica», por lo que hizo un llamado a la unión para que la región sea fuerte en un «mundo complejo».
«Hoy necesitamos estar más juntos y unidos que nunca. Como dijo alguna vez Simón Bolívar: ‘La unión debe salvarnos, como nos destruirá la división si llega a introducirse entre nosotros’. Que se acabe la división de América Latina. Pero la unidad latinoamericana no puede ser una retórica, un mero discurso», afirmó Petro en su discurso.
Añadió que para Latinoamérica es «hora de dejar atrás los bloques, los grupos y las diferencias ideológicas para trabajar juntos».
«Entendamos de una vez y para siempre que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Y que juntos somos más fuertes. Hagamos realidad esa unidad con la que soñaron nuestros héroes, como Bolívar, San Martín, Artigas, Sucre y O’Higgins. No es una utopía ni es romanticismo», añadió.
El mandatario se ha propuesto recortar la brecha entre ricos y pobres, una de las más amplias del continente junto a la de Brasil, con mayor acceso al crédito, subsidios y la educación pública.
Después de los estragos de la pandemia, la economía recupera su crecimiento, aunque la inflación, que alcanzó en julio el 10,2% en la variación interanual, el desempleo (11,7%) y la pobreza que castiga al 39% de la población nublan el panorama.
Petro reactivará las relaciones diplomáticas y comerciales con el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, rotas desde 2019, y buscará apoyo y sede para retomar conversaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla reconocida en el país.
Clan del Golfo anuncia cese del fuego
Las paramilitares Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), también conocidas como Clan del Golfo, anunciaron este domingo «un cese unilateral de hostilidades ofensivas» para buscar «caminos de paz» ante la «era distinta» que se abre en Colombia desde la investidura de Gustavo Petro.
«Por fin termina el régimen saliente presidente (Iván) Duque (sic)», comienza el comunicado de este grupo, la banda criminal más grande del país, donde aseguran que el Gobierno que hoy termina «es representativo de todas las cosas que deben cambiar en un país para el logro de la esquiva paz».
Así, esperan que a partir de este domingo se inicie «una era distinta para nuestra atribulada patria», en la que levantarán «todas las medidas extremas» que han debido «ejecutar», y decretan «un cese unilateral de hostilidades ofensivas, como expresión de buena voluntad con el Gobierno que inicia».