Fronteras: 90% de los productos de los mercados en Tarija es contrabando

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Desde la oficina de Defensa del Consumidor argumentan que la difícil situación económica de las familias limita la ejecución de operativos rigurosos, para frenar este ilícito en mercados fronterizos.

A pesar de los controles que realiza el Gobierno para frenar el ingreso de productos de contrabando, este continúa llegando a los mercados de Tarija. En el caso de las ciudades fronterizas, como Bermejo y Yacuiba, el Viceministerio de Defensa de los Derechos del Usuario y Consumidor constató que el 90% de los productos que se hallan en los mercados es de contrabando. Argumentan, que la situación económica de las familias impide ejecutar operativos rigurosos, por lo que solo se limitan a verificar la fecha de vencimiento.

“Ingresa bastante producto, entre ellos la carne de pollo, obviamente por el tema del precio y al tratarse de una zona fronteriza, la gente prioriza más eso. (…) es muy difícil oponernos a la economía de la gente, porque sabemos que estamos saliendo de un golpe duro como ha sido la pandemia, es por esa parte que se entiende. Ya más adelante serán otras las instancias que deberán tomar cartas en el asunto”, señala, Freddy Escobar, uno de los funcionarios de la oficina de Defensa del Consumidor en Tarija.

Reconoce que la situación es totalmente diferente en ciudades fronterizas, donde el 90% de los productos en los mercados es de contrabando y hace relación a que solo un 10% es producción nacional.

“Nosotros lo que hacemos, es un acompañamiento a las intendencias municipales que son las instancias encargadas de hacer los decomisos, ahí se controla que no sean productos dañinos a la salud”, refirió.

Esta situación ha sido confirmada por los mismos comerciantes de Bermejo. Freddy Rueda, exdirigente gremial, comentó que la población se vuelca a los supermercados del vecino país para abastecerse, esto por el poder adquisitivo que tiene la moneda boliviana a comparación del peso argentino.

Atribuye esta situación al desempleo y al bajo costo del peso argentino. “No hay empleo y eso nos está afectando. Los profesionales se están dedicando a taxear o a ser albañiles, y lo poco que ganan lo priorizan en la compra de alimentos al otro lado”, dijo Rueda.

El tipo de cambio

Aunque el tipo de cambio que establece el Banco Central de Bolivia (BCB) da cuenta que 100 pesos argentinos equivalen a 3,93 bolivianos. en ciudades fronterizas como Bermejo, 100 pesos argentinos se cambian a un boliviano con noventa centavos (1,90 ctv). Esto ha provocado que, incluso, los comerciantes no quieran abrir sus puestos, pues no les conviene.

El cambio de la moneda argentina también ha provocado que habitantes de Bermejo y de Yacuiba se vuelquen a los supermercados del vecino país. Ya que con 100 pesos argentinos (1,90 ctv) pueden adquirir panetones, budines, con 150 pesos ya pueden comprar jugos o gaseosas, y con 250 pesos una botella de vino. Mientras que 850 pesos (16 bs) ya se puede comprar carne de chancho. Y por 950 pesos (entre 19 y 20 bs), se puede adquirir carne argentina.

A esto se suma, la internación de carne de pollo y huevos de contrabando, que, mimetizados como producto local, invaden los principales centros de abasto de estas ciudades fronterizas.

El impacto negativo en productores nacionales

Según datos que ha proporcionado la presidente de la Asociación Departamental de Avicultores de Tarija, Karina Cachambi, solo en el municipio de Bermejo estima una pérdida anual 22.229.000 bolivianos.

De esta afectación, señala que unos 19.229.000 bolivianos son por la venta del producto cárnico y unos 3 millones de bolivianos por la venta de huevo.

“En el Chaco tenemos productores de pollo y huevo que abastecen esta sección, sin embargo, aún no tenemos datos precisos en cuanto refiere a montos puesto que derivan parte de su producción hacia otros mercados”, mencionó Cachambi, dejando entrever que el daño económico puede ser similar al de Bermejo.

Sin embargo, el contrabando que ingresa a Tarija no solamente tiene su impacto en avicultores, también repercute en el sector vitícola y de alimentos, entre otros.


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