El gobierno planea hacerse con el control del 100% de la endeudada empresa como parte de la estrategia de impulsar la energía nuclear para disminuir el consumo de petróleo y gas rusos.
El ejecutivo de Macron justifica la renacionalización de la compañía bajo el argumento de garantizar la producción de electricidad en Francia frente a las consecuencias de la guerra en Ucrania.
Una empresa en crisis
Actualmente, el Estado francés tiene el 84% de participación del capital de EDF, que arrastra un pasivo de 43.000 millones de euros, en un momento en que se enfrenta el reto de poner en servicio a partir de 2035 seis nuevos reactores nucleares, con un costo estimado de al menos 52.000 millones de euros.
Cabe agregar que el gobierno de Macron estimó otros 50.000 millones de euros adicionales, que serán necesarios para mantener en servicio el parque atómico actual, compuesto de 58 reactores que normalmente generan un 70% de la electricidad de Francia.
La generación de electricidad de Francia se ubica en un porcentaje muy inferior, debido al paro de muchos de los reactores, por labores de mantenimiento y fallos detectados.
Transición energética
La primera ministra insistió en que “la transición energética pasa por la energía nuclear” que “es una energía descarbonizada, soberana y competitiva”. En esa línea, insistió en que el gobierno de Macron tiene dos objetivos: controlar la producción de electricidad y “garantizar nuestra soberanía” frente a los efectos de la invasión rusa de Ucrania.
En su presentación, Borne dejó en claro que Francia “no puede seguir dependiendo del petróleo y el gas rusos”. La funcionaria había avanzado en septiembre pasado en la definición de estos objetivos, claves para la generación de recursos energéticos galos. Entre esos ítems se encuentra la reducción de las emisiones de carbono por sectores y por territorios y “ser la primera gran nación ecológica que abandonará los combustibles fósiles”, manifestó.
El anuncio sobre el aumento de la participación del Estado hasta el 100% tuvo un impacto súbito en la cotización de EDF en la Bolsa de París. En unos pocos minutos, las acciones de dicha empresa, que cotizaban a la baja desde la apertura de la sesión por la mañana incluso por debajo de los 7,3 euros, dieron un salto y pasaron a subir cerca del 8 % hasta cerca de 8,6 euros.