Flamengo derrotó por 1 a 0 a Atlético Paranaense con gol de Gabriel «Gabigol» Barbosa a los 44 minutos del primer tiempo y logró por tercera vez en su historia y segunda en cuatro años, la Copa Libertadores de América. La final se jugó bajo un calor abrasador en el estadio Monumental de Guayaquil (Ecuador) y con el arbitraje del argentino Patricio Loustau y se destrabó luego de que a los 42 minutos de la etapa inicial, fuera expulsado Pedro Henrique, zaguero de Paranaense. Dos minutos más tarde, Everton Ribeiro lanzó un centro desde la derecha y Gabigol, ingresando por el segundo palo, derrotó con un zurdazo bajo al arquero Bento y marcó el gol que valió la Copa.
Impresiona la campaña del «Fla» que ganó hace exactos 40 años su primera Copa Libertadores con un gran equipo en el que brillaban Zico y Junior y que repitió en 2019, derrotando sobre el final a River por 2 a 1 en Lima. De los 13 partidos que jugó ganó doce y sólo Talleres le pudo sacar un empate por 2 a 2 en Córdoba durante la fase de grupos. Uno de los mejores campeones de toda la historia de la Copa.
Dirigido por Luiz Felipe Scolari, Paranaense salió a correr a Flamengo por toda la cancha e incluso dispuso algunas marcas personales. El partido se le hizo complejo al equipo carioca que, después de la expulsión de Pedro Henrique y el tanto de Gabigol (que marcó en las tres finales que Flamengo jugó en los últimos cuatro años) movió la pelota con gran categoría e hizo valer el hombre de más, pero no pudo resolver el partido con un gol más.
Sobre el final, Paranaense aprovechó la fatiga de algunos jugadores cariocas por el intenso calor e inquietó con algunos centros y tiros libres cerca del área, pero no pudo igualar. Flamengo terminó controlando el juego a partir de su mayor jerarquía individual y alzó una copa que lo instala como el mejor equipo del momento del fútbol sudamericano.