falta de recursos y coordinación Contaminación asfixian a laguna Alalay

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Existe un proyecto presentado por la Alcaldía que consiste en el dragado y limpieza de lodazales para reducir el grado de contaminación, sin embargo, no se cuenta con recursos disponibles para la ejecución.

La laguna Alalay, ubicada en la ciudad de Cochabamba, es el espacio ideal que identificó Javier Arellano para trotar y pasear con su perrita “Samanta”. La variada vegetación, la extensa ciclovía, los pasos peatonales y las diversas especies que habitan en ese espejo de agua la convierten en el sitio ideal para hacer deporte.

Sin embargo, los olores fétidos, las aguas contaminadas, la falta de seguridad y de planes de mejoramiento ahuyentan a los deportistas y otros viandantes.

“Antes iba a la laguna Alalay casi todos los días a trotar y también a pasear con mi perrita. Cuando hace calor, sobre todo entre noviembre y diciembre, son insoportables los olores que desprende la laguna. Las canchas de fútbol necesitan mantenimiento, hay mucha inseguridad y urge una limpieza”, dijo.

La Alcaldía de Cochabamba presentó un plan al Comité de Recuperación, Mejoramiento y Preservación de la Laguna Alalay (Crempla), que ya está aprobado y que consiste en el dragado de ese estanque, sin embargo, la falta de coordinación y de recursos demora su ejecución.

Página Siete consultó a especialistas y algunas instituciones que conforman el Crempla para conocer los principales problemas que asfixian a la laguna y las posibles soluciones para recuperar ese pulmón ecológico. Identificaron al menos nueve males y explicaron el proyecto aprobado con miras a su conservación.

Los males de la laguna Alalay

Los males o problemas identificados son la falta de agua de calidad, la mala calidad del agua que ingresan de los ríos Rocha y Mailanco, el ingreso de aguas por escorrentía del barrio Minero y otros que generan contaminación debido a que no existe un canal colector; la presencia de clubes de fútbol en comodato, como Aurora, Wilsterman y el club Municipal; el ingreso de aguas de alcantarillado por rebalse del sistema de bombeo que envía Semapa (Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario) al canal de salida de la laguna (también conocida como serpiente negra).

También apuntan a la alta vegetación de totoras y algas que se expanden sin control; la ampliación de los campos deportivos y áreas verdes; desechos que generan empresas de lavado de telas jean y desembocan en la laguna, además de la burocratización del Crempla, entre otros.

El ingeniero civil e hidrólogo Gonzalo Maldonado expuso dos propuestas que podrían descontaminar y revitalizar la laguna.

“La solución podría ser transportar agua desde la Central Hidroeléctrica Misicuni, proyecto agua, riego y ecología, hasta el Sistema de Riego N° 1. Sólo se necesita un 10% para las lagunas Alalay, Coña Coña y Quenamari. También se debería revisar la situación legal de los comodatos que cumplieron su plazo de continuar alrededor”, indicó.

La laguna Alalay

Está ubicada al lado sureste de la ciudad de Cochabamba. Tiene un perímetro de 225 hectáreas y 135 hectáreas de agua, informó la Secretaría de Medio Ambiente de la Alcaldía cochabambina.

La avenida Circuito Bolivia rodea todo el lago, al igual que una pista de trote y ciclovía que continúa su recorrido por San Pedro hasta la zona norte.

Está rodeada de serranías, desde donde se puede apreciar el lago, como si fuesen un mirador. Al lado este, dentro de la superficie del Alalay, están los clubes Aurora, Wilsterman y Municipal, también hay canchas de fútbol al aire libre. En el lado sur, por la avenida Circuito Bolivia, están las instalaciones de la Feria Internacional de Bolivia.

En la época de calor la laguna desprende olores nauseabundos por la contaminación y la falta de oxigenación de sus aguas. Es visible la evaporización y sequía.

En cambio, en la época de lluvia, entre enero y febrero, la apariencia del lago mejora al recibir aguas de las precipitaciones y de los ríos Rocha y Mailanco, lo que reduce la contaminación y los fétidos olores que desprende.

Hace 10 años se identificó unas 130 especies de aves nativas y migratorias y al menos cuatro variedades de peces.

$!Las autoridades realizaron trabajos en la laguna, pero no para una solución definitiva. 

Resurge la fauna

El fotoperiodista y editor del periódico cochabambino Opinión Dico Soliz, quien posee un amplio registro fotográfico de la laguna desde hace 10 años, aseguró que antes en ese “espejo de agua” se podía observar una amplia variedad de peces, pero desaparecieron debido a la extrema contaminación.

“Los olores son terribles, parece una cloaca. Es insoportable por el lado norte del Alalay. Deberían realizar el dragado, es increíble que todos hablen y nadie haga algo”, lamentó Soliz.

Sin embargo, en cada visita queda impactado con la fauna que habita en la laguna, pese al nivel de contaminación. “Hay flamencos, halcones, víboras, conejos y diversas aves que siguen habitando allí”, afirmó.

El Crempla

El Crempla, respaldado por la Ley 3745, fue creado en 2007 para recuperar, mejorar y preservar el único pulmón ecológico de la ciudad de Cochabamba. Está conformado por ocho instituciones: la Alcaldía, Gobernación, Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Semapa, el Ministerio de Desarrollo Rural, Agropecuario y Medio Ambiente, un representante de distrito u OTB involucrados y un representante del Consejo Departamental de Medio Ambiente.

Sin embargo, esta unidad fue observada porque supuestamente genera burocracia y falta de coordinación entre las instituciones llamadas a reducir la contaminación de la laguna.

El representante del Control Social Ambiental Jaime Ponce propone la “desinstitucionalización” del Crempla porque no cumple la misión con la que fue creado, sino que obstaculiza el cumplimiento de proyectos, planes y programas para el lugar.

“El principal de todos los problemas es la desinstitucionalización del Crempla. La entidad encargada por ley de elaborar planes, programas y proyectos vive atrapada en las contradicciones y la falta de acuerdos para el cumplimiento de los planes que ya existen. El Crempla no funciona adecuadamente a raíz de la falta de interés, de liderazgo y apoyo de las instituciones que la conforman”, dijo Ponce.

El pasado 8 de febrero, durante la realización de la reunión interinstitucional para “iniciar la recuperación” de la laguna Alalay, el secretario general de la Gobernación, José de la Fuente, aseguró a Los Tiempos que se tomó la decisión de abrogar la Ley 3745 del Cremplaya, cuya normativa derivó en “burocracia”.

$!Los alrededores del estanque cochabambino experimentan episodios de sequía. 

El dragado

“Peor la laguna no puede estar. Está contaminada, no hay peces y las aves han empezado a migrar en busca de otro ecosistema más favorable. Una vez que mejore la laguna se verán mejoras y van a regresar todas las aves”, lamentó el director de Medio Ambiente de la Alcaldía, Elvis Gutiérrez.

Ante esta situación indicó que la Alcaldía presentó al Crempla tres proyectos, de los cuales uno fue aprobado, pero no existen recursos ni financiamiento.

“Se aprobó el tema del dragado, que es un tema urgente y para su ejecución se necesita 30 millones de bolivianos, pero no hay financiamiento. La ley del Crempla establece que todas las instituciones que la conforman deben asignar recursos, deben poner la plata. Así dice la ley”, sostuvo el funcionario.

Para el estudio a diseño final la Alcaldía destinó recursos propios que superan el medio millón de bolivianos y se calcula que desde 2007 consignó al menos 58 millones de bolivianos, por lo que insta a las demás instituciones involucradas asignar recursos para la recuperación del pulmón ecológico de la Llajta. El gerente de Semapa, Luis Prudencio, señaló que son una empresa descentralizada de la Alcaldía, por lo que no les corresponde aportar o destinar recursos para el dragado.

El director de la Unidad de Limnología y Recursos Acuáticos de la UMSS, Marcos Goitia, dijo que la universidad “no puede destinar recursos” porque cada año destina un presupuesto para estudios de la laguna.

El dragado consiste en la limpieza de un cuerpo de agua a partir de la remoción de lodo o sedimentos. Con esa tarea se busca ampliar la superficie de agua libre de contaminación. Se estima que se requiere entre seis y ocho meses para su ejecución una vez se obtengan los recursos.


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