El jefe del MAS no invitó al presidente Arce ni al vicepresidente Choquehuanca a la reunión de evaluación de la gestión que se desarrollará en el trópico de Cochabamba, el próximo 30 de diciembre.
El presidente del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales, ratificó ayer las denuncias contra el Gobierno de Luis Arce sobre una presunta protección al narcotráfico, coordinación con la DEA y la existencia de un “plan negro” en su contra.
El exmandatario señaló, en su programa dominical en Radio Kawsachun Coca, que hay una “guerra total” entre las alas “radical” y la “renovadora” y afirmó que no invitó al presidente Arce ni al vicepresidente David Choquehuanca a la reunión de evaluación de la gestión que se desarrollará en el trópico de Cochabamba, el próximo 30 de diciembre.
El sábado pasado, el dirigente de los interculturales, David Vaizaga, aseguró que tanto Arce como Choquehuanca estaban invitados con mucha anticipación, por lo que no habría motivos para que no lleguen.
Morales, sin embargo, afirmó que para esta gestión no se invitó a las primeras autoridades, ya que el año pasado no asistieron a la reunión.
“El año pasado, invitamos al Presidente, al Vicepresidente, no vinieron. Este año sé que no van a venir, no vamos a invitar. No hemos invitado, soy sincero”, dijo.
El Gobierno no se pronunció sobre esta invitación, pero se sabe que Arce participará de la posesión del electo presidente de Brasil, el 1 de enero, evento al que Morales también fue invitado.
Denuncias
Morales también ratificó las denuncias contra el Gobierno y respondió la carta pública que el Ejecutivo publicó el 18 de diciembre.
En el texto, el Ejecutivo de Arce enumeró las ocho “falsedades” y las razones por las que el Presidente no asistió al evento de Sacaba por el Día de la Revolución Cultural.
Las acusaciones de Morales contra el Gobierno fueron pacto de impunidad con la derecha a cambio de Gobernabilidad; instrucción del uso de banderas rojas del PS 1 en lugar de las azules del MAS; que el registro de las entidades públicas sería empleado en la personería jurídica del PS-1; protección al narcotráfico; que el Gobierno trabaja con la DEA; que tienen un plan para impedir que Evo Morales sea el candidato a las elecciones presidenciales; que son traidores del MAS, y que se habrían infiltrado en los actos, de este 18 de diciembre, en Sacaba para perjudicar el encuentro.
El Gobierno rechazó todas estas acusaciones, pero Morales, en su programa de ayer, aseveró que el Gobierno protege al narcotráfico, puesto que no hay ningún detenido del caso “narcoaudios”. También afirmó que hay un pacto de los “renovadores” con la derecha que se refleja en la aprobación de la Ley del Censo, y que muchos funcionarios “evistas” fueron prohibidos de usar banderas del MAS.
Aseveró que el mismo ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, admitió que pidió informes a la DEA e incluso lo acusó de tener en su poder los celulares que le fueron robados en un acto en Santa Cruz, en agosto pasado.
Afirmó que hay un plan negro para desgastar su imagen con publicaciones en redes desde los Ministerios y también haciendo acusaciones.
“Es una guerra total en contra (…), pero no solo termina ahí”, dijo. Apuntó que diputados del ala “renovadora” tratan de “proscribir” al MAS con acusaciones “falsas”.
Morales también atacó al modelo económico del Estado señalando que hay “tristeza” en Navidad, porque la gente no siente que su economía va bien.
Dijo que varias obras importantes, como la doble vía Bombeo-El Sillar, en el trópico, se han paralizado y que se castiga a esa región con bajos precios de la coca.
Morales afirmó que el Gobierno de Arce suspendió sin fecha la reunión en la que se tenían que arreglar los conflictos internos y que hay molestia en las bases del trópico.
Dijo que varios funcionarios “evistas” fueron despedidos de sus cargos, entre ellos Iván Canelas, gerente regional de Entel en Cochabamba.