Un estudio publicado hoy por un organismo oficial nipón apunta a que la población de Japón caerá en un 30 % sobre el nivel actual para 2070, un año en que casi el 40 % de los habitantes del país serán mayores de 65 años.
El informe, realizado por el Instituto Nacional de Población y Seguridad Social, organismo adscrito al Ministerio de Salud, efectúa esta proyección demográfica a partir de las tendencias actuales de baja natalidad y de envejecimiento demográfico.
El estudio prevé que para 2070 la población del país se situará en unos 87 millones de personas, es decir, el 70 % del nivel de 2020, de 126 millones, lo que vuelve a poner de relieve el desafío demográfico que afronta el país, uno de los más envejecidos del mundo.
Esta cifra incluye a un 10 % de habitantes extranjeros y a un 39 % de personas mayores de 65 años. Se trata de incrementos significativos respecto a los porcentajes registrados en 2022, del 2,2 % y del 29 %, respectivamente.
Las estimaciones se calcularon en base a la tasa de fertilidad decreciente, que el citado instituto sitúa en torno 1,3 hijos por mujer para los próximos años.
El Instituto Nacional de Población prevé que el número de recién nacidos en el país caiga por debajo de 700.000 en 2043, después de que la cifra se situara por debajo de los 800.000 el año pasado, que marcó un nuevo mínimo histórico.
El informe también calcula que la población de Japón descenderá por debajo del techo de los 100 millones de habitantes en 2056.
Asimismo, estima que para 2070 la esperanza de vida de los hombres crecerá hasta los 85,89 años y la de las mujeres hasta los 91,94 años, respecto a los actuales 81,58 y 87,72 años, respectivamente.
A partir de estas estimaciones, el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón revisará su sistema de financiación de pensiones públicas y estudiará medidas para frenar la tasa de natalidad decreciente.
En el mismo contexto, el Ejecutivo puso en marcha a inicios de mes una nueva agencia gubernamental encargada de coordinar las políticas de apoyo a la natalidad y la crianza de hijos, con el objetivo de «liderar la creación de una sociedad favorable para los niños y su cuidado», según dijo el primer ministro nipón, Fumio Kishida.
En paralelo a esta nueva entidad, Kishida ha prometido duplicar el presupuesto dirigido a apoyar la natalidad y la crianza de los hijos, entre otras medidas centradas principalmente en el apartado económico y que según algunos expertos son insuficientes para abordar el grave y complejo problema demográfico nipón.