Este jueves se dio la tradicional ceremonia ancestral en el templo de Kalasasaya en La Paz, ritual donde nació en 1978, en la disputa de la primera versión
La ceremonia contó con la presencia del ministro de Deportes y Salud, Jeyson Auza, la viceministra de Deportes, Cielo Veizaga, el presidente del Comité Olímpico Bolivia, Marco Arze, y la representante de Odesur (Organización Deportiva Suramericana), Marissa Schaerer, quienes junto a los amautas de la región procedieron al ritual tradicional.
Los amautas tiwanakotas prepararon una mesa que fue ofrecida a la Pachamama (madre tierra) para luego encender la antorcha suramericana, con el objetivo de los juegos en suelo paraguayo tengan todo el éxito y se lleve buenas vibras desde la sede donde nació el evento deportivo.
Luego la antorcha se entregó al fondista orureño Vidal Basco, quien recibió el fuego suramericano y comenzó a trotar como símbolo de que parte la llama rumbo a la capital paraguaya.
“Esto es histórico para Bolivia, porque siempre se lo realiza antes de cada inicio de los juegos. En términos de simbología del deporte dentro de nuestro proceso olímpico, es la lucha que nuestros atletas realizan para mejorar su rendimiento en cada competencia. El fuego transmite esa energía”, aseguró Arze.

DESDE 1978
Recordó que esta ceremonia se la hace en el templo de Kalasasaya, tal como ocurrió en 1978, cuando en La Paz se realizaron los primeros Juegos Suramericanos, que entonces se llamaron Cruz del Sur y cuando según estatutos se determinó el encendido de la llama suramericana antes de cada nueva versión.
Por su parte, la viceministra de Deportes, Veizaga, expresó su optimismo porque los 296 deportistas bolivianos que irán a Asunción, de las 35 disciplinas deportivas, irán con las mejores energías para cumplir una buena participación. (08/09/2022)
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