Los campesinos, los interculturales tienen ya dos dirigencias. Las bartolinas tienen serias fracturas internas. Solamente la Conamaq y la Cidob se mantienen unidos en torno al oficialismo. Los cooperativistas mineros se quejan por estas pugnas
El Pacto de Unidad se debilita por los paralelismos. Los interculturales, los campesinos y las bartolinas, tres de las cinco organizaciones del Pacto de Unidad tienen pugnas y están divididas por el ‘arcismo’ y el ‘evismo’, como ocurre también con otros sectores como los cooperativistas mineros que protestaron ayer en La Paz.
La Conamaq y la Cidob, las dos organizaciones restantes, al menos por el momento, se han mantenido unidos en torno al apoyo al presidente Luis Arce.
Tras los bochornosos actos del fin de semana por la elección de nuevo secretario ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb) el presidente Luis Arce saludó la elección de Lucio Quispe como líder del sector social, mientras que el expresidente Evo Morales hizo lo propio con Ponciano Santos, titular del Comité Ejecutivo paralelo.
Morales volvió al ataque y aseguró que “por instrucción del presidente Luis Arce, operadores políticos del Gobierno y la Policía han perpetrado un atentado criminal contra la seguridad, vida e integridad de nuestras hermanas y hermanos indígenas que participaron del congreso de la CSUTCB en el coliseo Héroes de Octubre en El Alto”, aseguró.
Complementó que “como en tiempos de dictaduras militares y gobiernos neoliberales, después de cortar la luz en ese recinto cerrado, policías gasificaron el congreso en el que participaron mujeres con sus niños en brazos. Este atentado contra el movimiento indígena es perpetrado por grupos delictivos que se ven derrotados por la rebelión contra las prebendas y el divisionismo del Gobierno”, agregó el exmandatario.
Ayer por la tarde, La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, instó al expresidente Morales a presentar su denuncia con pruebas del supuesto “atentado criminal”.
“Considero muy irresponsable realizar este tipo de declaraciones sin presentar ninguna prueba, instamos justamente a que, ante las instancias correspondientes, se presenten las denuncias con las pruebas antes de señalar este tipo de temerarias acusaciones”, dijo Prada en declaración de prensa.
“Somos respetuosos de las organizaciones sociales, aquí no hay dedazos por parte del presidente Lucho (Arce), no se busca imponer a dirigentes, se respeta la vida orgánica, nos debemos a las organizaciones sociales, quienes son las verdaderas dueñas de nuestro instrumento político (del Movimiento Al Socialismo)”, añadió.
También “son falsas las acusaciones referidas a un terrorismo de Estado o que se hubiese atentado contra la vida de hermanos indígenas que se encontraban (en el congreso). Asimismo, desmiento categóricamente lo señalado por el expresidente Evo Morales en relación a que yo habría manifestado en una reunión que a las organizaciones sociales se las maneja con plata. Seguramente, quienes están acostumbrados a realizar este tipo de acciones o a tener este tipo de relación con las organizaciones sociales, pueden dar este tipo de comentarios”, sostuvo la autoridad.
Hacía tiempo que Morales y Arce no se habían aludido directamente, pero la situación se salió de control, lo ocurrido con los campesinos fue la gota que rebalsó el vaso.
La semana pasada, la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarias de Bolivia consumó su división interna, posesionó a su directiva “nacional” que ya advirtió que no permitirán el proceso judicial a Evo Morales. Los nuevos dirigentes son Juan Enrique Mamani, en el cargo de presidente, y David Veizaga, como vicepresidente.
El 14 de agosto, el ampliado de la facción arcista impulsada Esteban Alavi, se transformó en congreso para reelegirlo como directivo y posesionarlo de inmediato en la ciudad de Sucre. Fue el ex dirigente, Fidel Surco, quien justificó esa elección y descalificó esta otra convocatoria del grupo de David Veizaga. En el coliseo donde se realizó ese acto también volaron sillas y palos.
Los interculturales ‘evistas’ reunidos en Entre Ríos hicieron conocer sus conclusiones y una de las más importantes es la advertencia de no permitir ningún proceso judicial a Evo Morales. Ven un intento por descabezar no solo al MAS, sino a las organizaciones del pacto de unidad.
En julio las bartolinas mostraron una profunda división entre ‘arcistas’ y ‘evistas’ porque Maribel Ávalos, bartolina arcista, fue sacada de un congreso de la Confederación de Mujeres Bartolinas Sisa por haber expresado el apoyo al mandatario.
El 30 de abril de este año, un congreso de Bartolinas en Cochabamba acabó en pelea por un supuesto autoatentado. Evistas y arcistas se acusaron mutuamente de estar detrás de los hechos de violencia.
El gobierno denunció a la dirigente evista Isabel Domínguez por los graves hechos suscitados en el Congreso men cionado que se realizó en Cochabamba. “Estoy presentando una querella criminal para que se haga una investigación para ver quiénes han atentado contra hermanas de las 16 provincias de Cochabamba. No se puede permitir estos atropellos contra la gente”, indicó. La división y la tensión crece.
Cooperativistas
Una marcha de mineros cooperativistas aglutinados en torno a la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (Fencomin) arribó a la sede de Gobierno e inundó las calles.
Los mineros llegaron a la Casa Grande del Pueblo y dejaron un pliego de 10 puntos para condicionar su apoyo, aunque uno de los cuales censura los intentos de división en el sector y el presidente, Luis Arce, les dijo que la división está cundiendo en varias organizaciones.
“Estamos seguros que atenderemos todos estos temas, como lo hacemos hasta ahora, comprendemos también la preocupación que tiene Fencomin sobre algunas divisiones que se quieren hacer en algunas organizaciones sociales, eso está viéndose en todo lado, lamentablemente”, les dijo el jefe de Estado a los mineros.
En el sector, existe una marcada división entre los cooperativistas tradicionales y los auríferos, estos últimos crearon su propia organización nacional, la Federación de Cooperativas Mineras Auríferas de Bolivia (Fecmabol) y se separaron de Fencomin, algo que esta entidad no está dispuesta a permitir.
Los cooperativistas acusaron al senador Félix Ajpi y al diputado Andrés Flores, ambos del ala ‘arcista’ del MAS, de promover la división de su sector a través de normas que intentan dar vida a otras organizaciones paralelas a la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (Fencomin).
“Por intereses personales y en complicidad con malos dirigentes, quieren dividir al movimiento cooperativo, ahora les decimos aquí a esos señores, las cooperativas mineras somos uno solo y vamos a defender la unidad”, dijo el orador principal en el ampliado.